La Horda del Cráneo Rojo-Narración

Iniciado por Greeny, Septiembre 09, 2005, 10:45:43 PM

Galahad78

- ¡Adela! –se sorprendió Derec, dando un paso adelante.

- ¡Concéntrate Derec! –se quejó Athos, justo cuando los tres ágiles zombis saltaban contra los compañeros. Justo detrás de ellos, media docena de esqueletos alcanzaban la cima, encarándose a los héroes. Y tras ellos, venían más...

Pero MkVenner dejó de verlos cuando escuchó el ulular del buho de ultratumba, como burlándose de él, de sus empeños, de sus competencias. Fijó su mirada en el dueño del buho, el siempre sonriente Sandro. Así que este era el jefe de la Horda...el jefe de los seres que arrasaron su aldea...el engendro que durante tanto tiempo había buscado, seguido, perseguido...Sólo quedaba una cosa por hacer.

- ¡A mi, mis pequeñas! ¡El descanso eterno nos espera!

Durante sus viajes, había ido recopilando información sobre los no-muertos, en especial, sobre cómo acabar con ellos. Aunque la magia clerical, o la magia de fuego eran válidas, ninguna de estas artes era dominada por MkVenner. Hasta que un guerrero le contó que la manera más eficaz de acabar con ellos era la de separar la cabeza del tronco. Desenvainando su espada, dejando atrás a sus compañeros, el explorador se abalanzó en solitario sobre los primeros no-muertos que habían alcanzado la cima, buscando un resquicio por el que llegar hasta el líder de la Horda...En la siguiente cena, utilizaría su cráneo como copa...
[i:ec942aef72]Si pones tinto en un vaso de txikito, es el txikito; si lo pones en un porrón, es el porrón; si lo pones en una bota, te pones las botas...Sé tinto, amigo[/i:ec942aef72]

TheLordAlex

Derec tenia en su poder la gema oscura, aquella por la que practicamenete habia perdido a su amada,

Es hora de que me seas de utilidad, desde el momento que la tomo en sus manos sintio una fuerte conexion con ella y con su naturaleza necromancer

Esta gema me hara mas poderoso que Sandro y podre vencerlo, pero tambien me daría el poder suficiente para resucirar a Ariana, porfin la volvere a ver despues de tantos años porfin!!-Penso mientras cogia la gema.

Intento concentrarce y que esta revele sus secretos pero algo lo distrajo, era Adela, estaba viva

Adela!-no pudo ocultar una pequeña sonrisa que broto de su rostro al verla con vida, ahora con mayor razon debía despertar los poderes de la gema oscura no solo para salvarse sino salvar a Adela, pero una fuerte oposicion intervenia, era la presencia de Sandro, el Heroe Necromancer mas reconocido y mas poderoso de todo Deyja, Derec se concentro nuevamenete cerro los ojos fuertemente y se olvido de el entorno en el que se encontraban pueso la gema en su frente y todo se ocurecio en su mente, solo eran el y la gema

Dame el poder, dame el poder suficiente para vencerlos ...-Le susurraba desde su interior
\"En la sabiduria esta el poder\"

Swann

Dada la inutilidad de las flechas y su falta de habilidades mágicas contra los no-muertos -cosa poco habitual en un clérigo- Swann desenvainó su espada corta y se concentró al máximo con la intención de usarla para defenderse si la avanzadilla de los zombis llegaba a su lado. También observó con atención a los líderes de la Horda con la intención de descubrir algún punto débil mediante sus conocimientos de Ocultismo.
Echó de menos, eso sí, no poder echar un traguito para afrontar una situación tan complicada...
En esas estaba cuando Athos pidió que usara sus poderes para detectar a Astral que, según él, podría haberse vuelto a ocultar bajo la figura del búho.
Intéllego Corpus
Swann aceptó la idea. No la consideraba descabellada en absoluto.

LordCiego

-"¿Adela?¿Esa es Adela?" se preguntó el paladin mientras observaba como la horda era atacada por la retaguardia a la misma vez que subia por las escaleras.

Con su escudo en la mano y la espada que le habia dejado MkVenner se preparo para el ataque. La espada que le habia dejado el explorador era un poco más pequeña y ligera que la suya pero estaba bien; mejor que tener que luchar a puñetazos y escudazos hasta que le pudiera quitar el arma a algun enemigo.

Y mientras esperaban el ataque de repente MKVenner grito: - "¡A mi, mis pequeñas! ¡El descanso eterno nos espera! " a lo que echo a correr al tumulto enemigo.

-"¡NO, no lo hagas!" gritó el paladín pero era demasiado tarde para que el explorador le hiciera caso.

-"Mierda, y yo que queria mantener la linea de defensa para aguantar aqui lo posible mientras Derec hace lo que tenga que hacer con la piedra y los druidas ataquen por el otro lado. Pues me tocara adelantarme no sea que haga falta ayudar al explorador. Es lo que tiene deberle una espada..." penso LordCiego.

-"Esto es lo que pasa cuando no estas con soldados disciplinados..." masculló LordCiego con una pizca de resignación, aunque una sonrisilla le brotó en los labios, quiza por lo dificil de la situación.

-"Señores, su amigo el escudo se les adelanta un momento y les priva momentaneamente de su pretección" los dijo a sus compañeros a lo que se dio la vuelta y se hacerco al grupo hacia el que MkVenner había echado a correr.

Y aunque tenía al enemigo delante no pudo evitar recordar una de las lecciones de un buen estratega que habia aprendido de su padre "Nunca le des la espalda al enemigo". Un escalofrio recorrio su espalda y la sonrisilla  le desapareció.

rasdel

Athos veía a el poderoso Sandro sentado en su negro corcel. La bestia babeada una viscosa sustancia de su boca mientras sus ojos brillaban como rubies, y Sandro ensima con una postura aterrorisante comandaba a las fuerzas de los no-muertos...

-Sandro!- pensó Athos mientras miraba a la escalofriante figura...

Había escuchado varias historias de el poderoso necromante en la Torre. Aquel que una vez fue un poderoso brujo cayó en la necromancia y se volvió aún más poderoso de lo que cualquier ser podría haber imaginado y ahora ésta "criatura" estaba parada en el campo y ellos tendrían que combatirla. Un heroe legendario de los no-muertos contra un simple puñado de aventureros...

-Y yo que pensaba irme a los bosques de Norien al terminar esta locura... supongo que el descanzo tendrá que esperar... espero nos volvamos a ver hermano- pensó Athos mientras la figura de Ellessar, su mejor amigo, se formaba en su mente y a la vez sus ojos recorrían el campo de batalla buscando a Astral, su antiguo maestro...

En el hombro de Sandro se veía un búho que llamó la atención a el joven hechicero...

-Solo tiene un ala... podrá ser?-se preguntó Athos mientras la imagen de MkVenner cortando la mano de Astral volvía a su cabeza...

Intentó concentrarse para ver a travéz de la supuesta ilusión pero no lograba nada, su poder en este arte no era lo suficientemente fuerte para atravezar la posible ilusión... o quizas... no era una ilusión, pero donde estaba Astral entonces?...

- Debe ser él... no puede desaparecer asi nomas! Debe estar aqui!!!... MUESTRA TU CARA COBARDE!!! ENFRENTAME MALDITO!!!AAAASTRAAAAL- gritó Athos con toda su fuerza mientras los no-muertos se acercaban...

- Que importa si eres o no Astral... si estas en el lado enemigo... no eres mi aliado... no me gusta atacar animales, son nuestros hermanos... como varias veces me dijo Ellessar... pero debo hacerlo ya que esta criaturas no esta en mi lado y al atacarla atacare a Sandro también.... preparate maldito... ahora veras mi poder-pensó el joven mago mientras se preparaba para decir su hechizo...

-CREO IG...-una escalofriante imagen dejó a Athos en un pequeño shock que no le permitió terminar su hechizo. El joven hechicero se quedó sin habla al ver a Mk Venner correr contra la Horda con una cara de locura... iba directamente hacia Sandro...

-Mk Venner!!! NOOOO!!!! Debemos aguantar!!! No es hora aún!!! Vuelve!!!... PUEDES ESTAR LLENDO A UNA TRAMPA!!! EL BÚHO!!!- gritó Athos pero no obtuvo respuesta de su compañero...

-Swann... rápido... utiliza tus poderes contra el búho!... Mk Venner corre hacia Sandro y creo que al llegar puede que no solo deba enfrentarse a él... creo que ese búho es Astral... no podemos permitir que nuestro amigo caiga de esa forma... utiliza tus poderes!!!- dijo Athos mientras se descontrolaba al ver como la fromación se perdía cuando LordCiego siguió los pasos del explorador...

-Maldita sea!!! Debemos aguantar!!! Vuelvan a sus puestos- dijo dandose vuelta para ver a Swann con su espada pronto para el combate y Derec con la gema tratando de despertar su poder...

-No te procupes amigo Swann... yo no los dejare... los protegere con mi vida- dijo Athos agarrando su vara con fuerza mientras un nudo se le hacía en la garganta...
--Efectos secundarios pueden incluir: sequedad de boca, náusea, vomitos, retención de agua, dolorosa picasón rectal, alucinación, demencia, psicosis, coma, muerte y mal aliento. La magia no es para cualquiera, consulte a su doctor antes de uso--

Greeny

MkVenner corría hacia Sandro, sin pensar en nada más. A su lado se colocó LordCiego, cubriéndolo. Pero no pudieron avanzar mucho. Dos de los ágiles zombis saltaron y se plantaron frente a ellos.

Uno de los extraños zombis lanzó un rápido golpe con su garra derecha. El explorador dio un salto atrás, mientras la garra desgarraba levemente sus ropas. Mientras, LordCiego detenía con su escudo el ataque del otro no-muerto. El paladín contraatacó con su espada corta, e hirió al zombi en el costado, aunque la herida no pareció afectar a la criatura.

- ¡Aparta de mi camino, infecta criatura! –gruñó MkVenner embistiendo con su espada. La rabia del ataque le dio fuerzas, y la larga arma se clavo en el cuerpo del no-muerto, justo bajo el cuello. El zombi soltó un extraño sonido, y retrocedió con la espada clavada, arrastrando a MkVenner. El explorador pateó entonces el pecho de la criatura y la derribó escaleras abajo.

- ¡MkVenner! ¡Cuidado! –era la voz de LordCiego, que seguía luchando contra su enemigo. El tercer extraño y ágil zombi apareció de un salto detrás del explorador, y lo golpeó con ambas garras. MkVenner gritó dolorido, pero logró girarse e impactar con su espada en un brazo del no-muerto.

Algunos pasos atrás, varios esqueletos habían rodeado a Swann y los dos magos. Con su vara dorada, Athos mantenía a raya a sus enemigos, pero no podría aguantar mucho tiempo.

- ¡Swann... rápido... utiliza tus poderes contra el búho! –el mago detuvo una espada con su vara, y justo después dio un rápido salto atrás para esquivar una oxidada hacha que iba destinada a su cabeza.

"¡Y tú Derec, haz algo de una vez!" pensó, mientras jadeaba por la tensión del combate.

- Intellego Corpus –susurró Swann mientras señalaba hacia el búho de un ala. El monje notó entonces que se fatigaba ligeramente: su hechizo había fallado... algo estaba inmiscuyéndose en su magia.

- ¿Qué ocurre? –Athos notaba la misma sensación de asfixia, como si algo estuviera absorbiendo su poder. Los esqueletos volvieron a atacar, y el hechicero retrocedió tambaleante, deteniendo con su vara las armas que embestían contra él-. Mi magia, algo me la está arrebatando... -Athos tropezó entonces, cayendo al suelo. Varios no-muertos lo rodearon, alzando macabramente sus armas sobre su cuerpo. El mago sintió que había llegado su hora...

Swann corrió hacia su compañero caído, pero varios no-muertos –putrefactos zombis y esqueletos- le cerraron el paso. El monje intentó, con sus escasas dotes de guerrero, abrirse paso con su corta espada. Pero fue vano, y tuvo que retroceder para evitar las estocadas de sus enemigos.

El día se oscureció más. Los gritos y el choque de armas, sazonados con los cánticos mágicos de los druidas, resonaron en el cada vez más negro amanecer. Derec rió. La Gema Oscura empezaba a obedecerle.

- Tiembla Sandro... tu reinado ha llegado a su fin –el nigromante sonrió, y alzó la Gema Oscura. La Horda dudó, debatiéndose entre dos amos, entre dos poderosas magias. Un fuerte viento llegó al lugar, haciendo temblar a los antiquísimos árboles del Bosque de las Hojas Caídas, derribando por igual a los compañeros, a los no-muertos y a los druidas y sus arañas.

LordCiego se estremeció. Como paladín, notaba como una oscura presencia se alzaba en aquel lugar. Un espíritu de gran antigüedad flotaba en el ambiente, o eso creía percibir. El combate pareció detenerse durante un segundo, como si lo que el paladín había notado en ese momento fuese percibido por todos y cada uno de los combatientes.

Arriba, en el cielo, algo se movía. Algo enorme. Derec, instintivamente, guardó la Gema en su túnica, para que la luz del día mostrase qué era aquella cosa. Lentamente, fue cayendo, hacia el sur del lugar donde la batalla se estaba produciendo. Oscura contra el azulado cielo, la roca –pues eso parecía ser- descendió, perdiéndose en el horizonte...

Luz.

Una luz cegadora, que ocupó todo el cielo. Una explosión que hizo temblar a toda Antagarich. Un sonido tan fuerte que no se oyó.

Entonces, silencio.

Centenares de pedazos de oscura piedra comenzaron a llover, cayendo sobre el campo de batalla y sobre todo el Bosque de las Hojas Caídas.

Athos se levantó. Estaba vivo. No sabía qué había ocurrido exactamente. Hacía un momento unos no-muertos iban a matarlo, y ahora... ¿ahora qué?

La Horda había sido totalmente destruida. Centenares de cadáveres, antes reanimados por una oscura magia, yacían en la zona. ¿Qué había acabado con la magia que mantenía en pie a los muertos? ¿La Gema Oscura? ¿Tenía algo que ver la Roca con ello?

El resto de compañeros se levantaron, y observaron la destrucción. MkVenner se asomó rápidamente al borde la elevación.

- ¿Dónde está? ¡¿Dónde está ese engendro?! –gritó, buscando con la mirada a Sandro. Pero no había rastro ni de él ni de su llamativo búho.

- ¿Y Derec? –dijo entonces Athos-. No está tampoco...

- Parece que se ha marchado–masculló Swann-. Con la Gema Oscura.

- Perfecto –gruñó LordCiego-. Encima esos druidas querrán una explicación...

Los compañeros comenzaron el descenso por las escaleras, evitando los numerosos cadáveres del suelo. Athos cerraba la marcha, triste por la inesperada marcha - ¿y traición?- de Derec. De repente, inesperadamente, un zombi agarró su pierna, y lo derribó. Todos se giraron, dispuestos a ayudar al mago. El zombi se arrastró sobre Athos, y le susurró algo al oído. Entonces, repentinamente, cayó en las garras de la muerte de nuevo.

- ¿Qué ha pasado? –preguntó MkVenner, ayudando al mago a levantarse.

- Nada –dijo con seriedad Athos, y en ese momento vio a alguien que no esperaba ver-. ¡Ellessar!

- Cuanto tiempo, amigo mío –sonrió el druida, esperando al pie de la elevación. El mago corrió a su encuentro y lo abrazó con fuerza-. Me sorprende verte aquí, Athos. Nuestra líder, Gem, desea hablar con todos vosotros, si sois tan amables. Un acontecimiento inesperado ha ocurrido hoy aquí. Es hora de hablar sobre el futuro.

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En lo más profundo del Bosque de las Hojas Caídas, la Reunión del Círculo Druídico concluía. Se había hablado de la Horda, de la Gema Oscura, y de la Roca. Exploradores decían que allí donde ésta había caído, un enorme cráter había aparecido, y la zona de alrededor había sido totalmente destruida. Afortunadamente la frontera entre Erathia y Deyja no estaba muy poblada. Los compañeros, con Adela de nuevo entre ellos, habían estado presentes en la discusión, contando sus peripecias en el misterioso bosque y en el antiguo templo.

- Se avecinan tiempos oscuros, lo presiento –era Gem la que hablaba en ese momento; su bello rostro brillaba con la fuerza de la determinación, con la confianza en el equilibrio final-. Pero los Druidas estaremos preparados. Y que los Héroes de la Batalla de la Roca estén preparados, pues tarde o temprano el Equilibrio los requerirá de nuevo, como ha ocurrido en esta ocasión. Pero hoy, disfrutemos de la victoria.

Una suave música comenzó a sonar, mientras diversos alimentos eran ofrecidos a los invitados. Era el momento de disfrutar.

- Athos –Ellessar hablaba con el mago-. Percibo tu preocupación. El Equilibrio no está en ti como antaño... ¿qué te preocupa?

El mago y el druida se apartaron del resto, hablando durante mucho tiempo...

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Al fin, habían salido del Bosque. Adela, Swann, MkVenner y LordCiego se habían despedido de Athos, con cierta tristeza... el mago había decidido quedarse con el Círculo Druídico. Pero no era el único que iba a tomar otro camino. Una vez alcanzado el Templo del Sol, MkVenner sacó a su yegua del establo.

- Compañeros míos, me gustaría quedarme con ustedes, pero aún no ha acabado mi vida errante. Aún quedan cosas por hacer –dijo seriamente el explorador.

- Espero que no pierdas nunca el rumbo, amigo mío –LordCiego estrechó con fuerza la mano de MkVenner, que a continuación se despidió de Swann y de Adela.

Desde la entrada del bello Templo del Sol, los tres últimos compañeros vieron como MkVenner se alejaba al galope... con un último susurro.

Mis pequeñas...

FIN
(Por ahora...)
RAW INSIDE: PUNK-ROCK desde Málaga

http://www.myspace.com/rawinside