- Estoy pensando en un aumento Athos -gruñó MkVenner, poniéndose en guardia. El mago le dirigió una sonrisa divertida. "Al menos mantenemos el buen humor" pensó con sorna MkVenner, sonriendo a su vez. Era un buen tipo, este Athos, de largo el mejor jefe que le había contratado en su temporada como soldado de fortuna. "Además, si no me paga, ¿qué voy a hacer? ¿dejar de luchar?". No pudo menos que soltar una áspera carcajada ante lo absurdo de la situación. Vió que el mago se dirigía hacia la puerta, al lado del desesperado anciano. Deseó que hubiera tenido una idea, por que a él no se le ocurría nada; el sueño lo había conmocionado más de lo que le habría gustado admitir. No podía alejar de su mente la imagen de la celda cayendo al ardiente magma..."¡Basta!", se dijo a sí mismo; "Mejor será que me centré en el problema más inmediato". Descolgando el arco de su hombro, sacó una flecha de su carcaj y apuntó a la araña más cercana, aun cuando estaba bastante más allá de su alcance. Al menos, el mantener el avance de las arañas controlado impedía a su mente divagar y recordar cosas que era mejor no recordar...

- Acercaos, hijas de mala madre...- dijo entre dientes, deseando con todas sus fuerzas que a los más sabios del grupo se les ocurriera cómo abrir la puerta del Tempo...

LordCiego aun algo aturdido del sueño desenvaino su espada y agarro su escudo y se quedo al lado de MkVenner para proteger al explorador si les alcanzaban las arañas.

Y mientras guardaba la postura se quedo mirando en dirección al grupo que se acercaba pero con la vista fijada en el infinito, pensando en el sueño que habia tenido. No sabía como habian sido los sueños de los demas pero al verlos sonreir no le parecia que hubieran sido como el suyo. Todavia podia notar la hoja cortando su cuello. Había recibido alguna heridas ligeras en alguna contienda pero todavia era muy joven; no quería morir y la unica sensación que tenia en ese momento era angustia y miedo; mucho miedo. Todavia podia ver el filo de su espada lleno de sangre sobre un fondo negro, sola, sin nada ni nadie a su alrededor.

De repente salio de su ensoñamiento y miro la espada que tenia en sus manos, limpia y afilada. Pero en algun momento volveria a tener sangre, no la suya sino la de los que se interpusieran en su camino. No iba a dejar de luchar por lo que creía solo por un sueño.

Siguio en posición cuando oyo a Athos empezar a recitar algo. Pero no escucho exactamente el que, estaba fijandose en que estaba temblando....

Derec se incorporo despues de ese atormentador sueño que le hizo recordar a su amada Ariana y la causa de su cambio, pero este no era el moento para acordarse ella era el moemnto de actuar, vio como Athos recitaba el acertijo que habian dicho los espiritus, una idea que tambien se le habia pasado por la cabeza luego de ver las imagenes de la pared,

"De alguna manera tiene que estar conectado esa vision ke tuvo con la realidad, por lo menos Athos esta intentando algo que puede funcionar aunque puede parecer una locura, esperemos que no se equivoque"- penso

Se dirigio hacia el barranco y en un intento de dar mas tiempo a los demas para entrar al templo pronuncio "Rego Auram! " con el fin de derrumbar algunos escombros para atrazar el paso de las arañas

Swann se desentendió de los arácnidos. Ya nos podían haber matado y no lo hicieron. Tal vez ni existan. Como los libros voladores...Jeje... Sacó su botellita, desenroscó con parsimonia el tapón y, educadamente, le hizo al anciano el gesto de ofrecerle algo de su bebida. Éste, después de observarlo atónito dos segundos, continuó empujando la puerta con sus pobres huesos. Venga, abuelo, venga... Tome un poco de esto. Esa puerta no se abre así...Qué, Athos... ¿alguna idea...? Athos, asintió confiadamente y se dirigió a ella. Swann retiró al viejo de allí.
El mago comenzó a recitar la larga frase que durante el sueño habían ido enlazando los animales que aparecían grabados con rara perfección en la broncínea puerta. El bibliotecario no dejaba de admirar su extraordinaria factura en tanto Athos enunciaba la larga letanía "Qué memoria tiene el tío... Estos magos..."

¿Sabe abuelo? Esta situación me recuerda a una vieja leyenda probablemente incierta, de un gran mago, al que llamaban el Mago Gris, que estuvo un día entero intentando encontrar la clave para abrir las puertas de unas minas de enanos hasta que un tontaina que tenía al lado la acertó, digamos de chiripa... Si nuestro mago particular Athos falla, podría usted... hum.. oh, perdone no trataba de llamarle tontaina, quiero decir... Bueno... Voy a echar otro trago... Sería una pena que esas arañitas me encontraran con la botella aun por vaciar ¿no?

Las arañas ascendían, y conforme lo hacían iban extendiéndose más y más, empezando a rodear la elevación. La Reina Araña se situó en el centro de la formación.

- Acercaos, hijas de mala madre -masculló MkVenner apuntando con su carcaj a las arañas más cercanas. Aún así no desaprovechó ninguna de sus flechas, pues sabía que aún estaban más allá de su alcance.

A su lado se situó LordCiego, y su brillante armadura brilló con los rayos del elevado astro que iluminaba los cielos. Su espada y escudo estaban listos para el combate. El paladín cerró los ojos, murmurando una pequeña plegaria para ayudarle a ahuyentar el mal sueño que acababa de tener. Entonces, notó una oscura presencia.

- Tú -gruñó por lo bajo LordCiego mientras de reojo veía a Derec, situado a su lado. Mientras, detrás del trío, se oían con claridad las primeras palabras de Athos:

"Portando los ojos más brillantes velo sobre los mortales reinos,
reinos que se han desmoronado bajo la codicia de los guerreros bajo mi poder
Poder y autoridad son mi humilde don,
don soy de los más poderosos de los santos hombres..."

Las arañas continuaban subiendo, más y más rápido. MkVenner tensó el arco, y esperó. LordCiego dobló levemente sus rodillas, con su espada preparada. Derec sacó sus blancas manos de su negra túnica, y se preparó para lanzar un hechizo. Las arañas siguieron ascendiendo.

"Hombres codician mi brillante piel y la riqueza que contiene,
contiene mi interior toda la sabiduría
Sabiduría, en aquellos bajo mí, no es el único don ausente,
ausente en mi centro, circular como una rueda, porto afilados picos..."

Más cerca. Más. El tiempo se acababa. Swann seguía hablando con el anciano, que a pesar de la historia del monje seguía mirando con miedo a las arañas.

"Picos de piedra fueron el techo de mi primer hogar,
hogar de nuevo tengo en la roca, almenas y grandes salas de piedra, talladas por hábiles manos..."

A tiro. MkVenner se dispuso a soltar la flecha, pero entonces una palabras pronunciadas por Swann anteriormente llegaron a su mente:

- Ya nos podían haber matado y no lo hicieron. Tal vez ni existan. Como los libros voladores...Jeje...

La duda duró un solo segundo en su mente, pero el instinto de supervivencia pervivió. Disparó... y el tiro quedó corto. Chasqueando su lengua con disgusto por la precipitación, cargó rápidamente una segunda flecha, y esperó unos segundos más.

"Manos hay que no pueden alzar mi magno peso, pero los corazones apenas soportan la terrible carga que supongo siempre..."

LordCiego hizo girar la espada en su mano, tenso por la espera.

- Abridla de una maldita vez -murmuró para sí mismo, mientras oía como Swann contaba al nervioso viejo una historia sobre unas minas llenas de cierto mineral parecido a la plata.

"Siempre ofrecedme honor y servicio, pues me alzo sobre todos los señores de la tierra...

- ¡Rego Auram! -gritó Derec, y un poderoso viento lanzó por los aires a una docena de arañas. Pero ello no frenó el ritmo de las criaturas.

...sin importar lo poderosos...

MkVenner disparó de nuevo, matando a una araña de un solo disparo.

...que sean..."

Athos concluyó el enigma... y nada ocurrió. Las arañas -decenas de ellas- llegaron al claro, con la Reina a la cabeza...

El licor de Evermorn empezaba a hacer efecto en Swann.
¿Qué pasa abuelo?¿No se le ocurre nada para abrir esto...?
Caminó por entre los pilonos, dió una palmadita en la espalda de Athos, abatido por su fracaso, y le dijo:
Te invitaría a un trago, amigo... Pero no me queda... jeje

El murmullo de mil garras articuladas se acercaba cada vez más.
Ya sé... seguramente tenemos que buscar a un bicho de cada clase, ponerlos todos, así, en círculo alrededor de una gema bien gorda y... oohh... qué pena... no tengo por aquí ningún zorro...¿y gemas...? No, tampoco... vaya..." dijo, mirando en su zurrón.

Las arañas ya estaban arriba. Una enorme, de tonos rojizos, iba a la cabeza.
Swann eructó al verlas y se apoyó en la puerta para no caer. Con las palmas de las manos y la cara sobre ella, murmuraba con la pastosa voz de un borracho:


Ábrete sésamo
¡Mellon!
Serenoooo...

¡Incluso probó a tocar educadamente con los nudillos, por si alguien era tan amable de abrir!

Deben haber salido...

Luego de haber recitado el largo acertijo Athos abrió los ojos para darse cuenta que la puerta seguía tan cerrada como antes. Un amistoso Swann vino a levantar el ánimo del abatido mago a quien no le gustaba equivocarse...

-Tantos años estudiando, tanto conocimiento y entrenamiento de la mente, para que? Para quedar haciendo el ridiculo frente de mis compañeros?- se preguntaba mientras su mano se cerraba en un puño con el cual golpeó la puerta con desprecio...

-Hmmm... bien, eso fue una perdida de tiempo- dijo el mago soltando una pequeña carcajada provocada más por los nervios que por lo cómico de la situación.

El molesto Athos miró sobre su hombro para notar que las arañas ya estaban arriba. Swann ya con el licor en la cabeza empezo a decir tonterias a la puerta que a pesar de lo inutil que eran eran mejores ideas de las que se le ocurrían al hechicero.

-Alejate un poco Swann... no se que tan bien salga esto, es mejor que te apartes- le explico Athos a Swann tomandolo del hombro y haciendolo a un lado. Una vez que su alegre compañero estaba fuera del camino Athos dio unos pasos atras... miro la puerta detenidamente, mientras a sus espaldas se escuchaban los terrorificos sonidos de las arañas a los cuales ya se estaba acostumbrando...

- Cuando la lógica y la razón no dan resultado... lo que queda es la fuerza bruta- dijo levantando la mano apuntando a la puerta mientras una enorme nube curbio el mismo sol dejando a el grupo bajo una sombra atemorizante...

-CREO AURAM!!!- entonó con fuerza esperando que esta vez si tuviera suerte...

La frustración del mago era casi palpable; a MkVenner le extrañó que aun no la hubiera emprendido a patadas con la puerta. Desde luego, él lo hubiera hecho. Volvió a centrar su atención en los arácnidos que se acercaban veloces; ya casi los tenían encima. Entonces, de nuevo, y por una fracción de segundo, retumbaron en su cabeza las palabras del erudito Swann: "Ya nos podían haber matado y no lo hicieron. Tal vez ni existan. Como los libros voladores...Jeje...". Desoyendo los gritos angustiados de su instinto, y pasando por encima de milenios de terror atávico, MkVenner bajó su arco...

Derec empezaba a desesperarce, sus esfuerzos por detener a las arañas habian sido inutiles, y encima la idea de Athos no resulto,

Esto ya me esta preocupando!!-dijo angustiado

Practicamente dependian del exito que tenga Athos para abrir la puerta, Esperemos que con el golpede viento se habra o me vere forzado a usar una hechizo, el cual no tengo mucha practica pero en momentos asi todo vale!!-penso

Lo que dijo Swann tiene algo de sentido, de otro modo no se como es que hemos llegado aca sin haber sido deborados por las arañas, pero por otro lado una de ellas se llevo a Adela y eso fue muy real para ser una ilucion, yo no lo creo o porlomenos no correre riesgos

Empezo a concentrarse, si es que el echizo de Athos no funciona, a la vez que descansaba, pues estaba agotado despues de lanzar tantos hechizos

El fracaso era palpable. Al menos eso pensaba Athos. Pero no se rendiría.

- Cuando la lógica y la razón no dan resultado... lo que queda es la fuerza bruta -el mago movió sus brazos, dispuesto a abrir la puerta como fuera-. ¡Creo Auram!

El golpe de viento chocó con fuerza contra la puerta. Ésta brilló repentinamente con fuerza, mientras unas palabras taladraban dolorosamente la mente de Athos.

"No has resuelto el Enigma. No eres bienvenido"

El aire invocado por el mago volvió con mayor fuerza, y lanzó a Athos por los aires, chocando contra la espalda de Derec. Ambos hechiceros cayeron al suelo, y el nigromante perdió la concentración de su hechizo.

Las arañas invadieron la cima de la elevación. LordCiego lanzó varias diestras estocadas, acabando con la vida de un par de arañas, pero eran tantas que el paladín tuvo que retroceder y ceder terreno. Derec y Athos, en el suelo, se levantaron tambaleantes y retrocedieron lentamente.

- ¿Qué haces explorador? -gruñó LordCiego, viendo como MkVenner bajaba su arco, quedándose quieto-. ¡Van a matarte!

Varias arañas saltaron contra el indefenso explorador... y lo traspasaron, como si fueran falsas imágenes. De hecho, desaparecieron en ese momento.

- ¿Pero qué...? -se sorprendió el paladín.

- ¡Son ilusiones! -gritó MkVenner-. ¡No os defendáis! ¡Si no creéis en ellas desaparecerán!

Reacio, el paladín bajo su arma, y dubitativo vio como una araña se lanzaba contra él. Resistiendo el impulso de alzar su escudo, LordCiego vio como la criatura desaparecía repentinamente, al igual que el resto de arañas. No mucho después, el lugar quedó vacío de arañas... excepto por una.

La Reina Araña seguía allí, y embistió contra los compañeros. De repente escupió un pegajoso líquido, en dirección a los magos.

- ¡Cuidado! -gritó LordCiego, empujando a un lado a Athos y salvándolo en el último momento. Derec no tuvo tanta suerte, y quedó inmovilizado por la viscosa y blanca sustancia.

- El blanco no pega con el negro de tu ropa -Swann se asomó por detrás de una columna, y rió su propia gracia. La bebida se le había subido a la cabeza.

Mientras tanto, MkVenner cargó su arco, y disparó contra la araña. La flecha se clavó en el costado de la enorme criatura, que emitió una especie de silbido de dolor. Ignorando al resto de compañeros, la araña agarró al nigromante con las babeantes pinzas de sus fauces, y lo levantó sin esfuerzo. A gran velocidad, se giró, dispuesta a marcharse del lugar.

- ¡Nooooooo! ¡Él noooooo! -gritó el anciano desde la entrada del templo.

LordCiego y Athos corrieron tras la araña, mientras MkVenner, con otra flecha preparada en su arco, apuntaba a la gran araña. Swann gritaba irónicos improperios a la criatura, mientras tambaleante seguía a sus compañeros. Entonces el sabio bibliotecario notó un repentino calor trás él, y antes de que pudiese reaccionar, cerca de su hombro derecho pasó una enorme esfera ígnea plateada, que fue directamente a golpear a la araña en la parte posterior. La criatura silbó frenéticamente, y soltó al nigromante que rodó varios metros por las escalera antes de frenar su caída.

Sufriendo un horrible tormento, la araña siguió silbando de dolor, tambaleándose de un lado a otro de la pendiente, hasta que finalmente cayó pesadamente al suelo, y murió. Un fuerte olor a carne quemada llenó la zona.

- Ouch! Simplemente con decirlo hubiera sido suficiente, no era necesario devolver el golpe puerta endemoniada!!! - gritó el dolorido mago mientras se levantaba del pequeño vuelo que recién había experimentado...

- Eso no salió como esperaba, pero gracias por amortiguarme la caída Derec - dijo en todo chistoso aunque un poco avergonzado...

Al levantarse presenció como las arañas atacaban a sus compañeros quienes no se defendían provocando que estas desaparecieran. De esta forma el mago quien no había estado muy concentrado últimamente, logró entender que no eran más que ilusiones creadas por alguna fuerza poderosa...

- Hmmm, eso se me tendría que haber ocurrido a mi! – pensó mientras miraba a MkVenner...

- Nunca pensé que un mercenario tendría tanta sabiduría en su interior... es increíble como la vida te sorprende en ocasiones – mientras pensaba esto un golpe lo lanzó fuera de balance tirándolo unos metros hacia atrás...

Luego de la leve caída Athos se incorporó para ver que quien lo había empujado era Lord Ciego, quien con un poderoso golpe lo salvo de ser atrapado por una viscosa sustancia que ahora tenía prisionero al pobre de Derec...

- Supongo que hoy no es buen día para ser mago- digo mientras iba en rescate de su amigo quien estaba siendo llevado por la enorme araña...

En ese momento, una bola de fuego paso entre ellos en dirección a la enorme y peluda Araña quien ardió como leña seca. El hedor que despedía el cuerpo de la ya muerta criatura era insoportable, pero algo más acechaba la mente del joven hechicero... de donde vino esa bola de fuego...

- Estaría interesado en aprender más de nuestro misterioso amigo, parece que hay mas de lo que se ve en ti, no es así anciano?? Acaso no fuiste tu quien lanzo ese poderoso hechizo?? - preguntó el joven mago mientas caminaba hacia el necromante quien aún yacía tendido en el piso...

- Pero primero lo primero, debemos recolectar la Vis de la criatura mientras tengamos tiempo...esta está en el corazón y nos servirá a nosotros, los magos- explicó Athos...

- El problema es que a menos que uno de ustedes quiera hacer el trabajo sucio, requeriré de una de sus armas... y una cosa mas... podría alguien liberar a mi amigo- dijo el mago señalando al necromante a quien aún no habían liberado...

Apartate!!...no sera necesrio la ayuda de nadie, se defendrme solo en su pierna tenia amarrada una daga que con un poco de esfuerzo logro sacar y romper lo que parecia ser la telaraña de aquella inmunda criatura.

A Derec no le parecio nada gracioso que Athos hubiese roto su concentracion, por otro lado le llamo mucho la atencion aquella frace que dijo el viejo No el no, esto lo llevo a pensar que derrepente sabia el paradero de Adela o que el tenia algo que ver en el asunto, pareciera que le estubiera dando ordenes a la araña y que esta al no hacerle caso prefirio eliminar,

Derec bastante molesto se levanto y señalando al viejo Este simple anciona finge ser menos de lo que es, hasta podria sospechar que le estaba dando ordenes a la araña inclusive el podria haber estado creando esas iluciones para llevarnos a este lugar que es lo que quieres de nosotros habla!!!

Manteniendo su dedo ceñalando al anciano y sin dejar de quitarle la vista retrocedio algunos pasos deonde yacia la araña se arrodillo a la altura del corazon de aquel animal e incrusto su daga para abrirla "Parece que hay suficente Vis para los dos Athos, un mago nunca debe valerce solo de su magia aveces un arma es bastante útil

Oye, abuelo, no habrás sido tú el que ha lanzado esa bola de fuego ¿eh? ¡Pues que sepas que has estado a punto de darme a mí!

Swann, con una cierta violencia inédita en él (fruto seguramente del alcohol y la tensión por los momentos de peligro) agarró al viejo de los hombros y procuró usar toda su pericia oratoria en un tono autoritario y convincente.

"¿No crees que ya es suficiente el peligro que hemos pasado? Habla de una vez. Dinos quién eres. Cuando te fui a curar en el claro del bosque, aparte de demostrar una consideración hacia ti por la que no he recibido ninguna muestra de agradecimiento, pude percibir vagamente que no eres quien aparentas. No nos vas a engañar más tiempo. Deja de hacer juegos de hipnotiador de feria. ¡No somos unos peleles! Si sigues en esa actitud vas a tener que comprobarlo de una manera práctica y dolorosa. ¡No, no me pongas esa cara de pobre anciano con falta de riego! ¡Eso ya no cuela! ¡Habla!"

Durante los largos segundos de silencio mirándolo fijamente a los ojos, el monje silabeó levemente:

Intéllego Mentem

Y su mente inquisitiva quiso entrar en la misteriosa conciencia del anciano, oscura como una caverna.

Derec logró, con cierta dificultad, llegar a su daga oculta en su pierna. Liberándose de la pegajosa tela de araña, el nigromante se levantó, mirando el enorme cadáver de la Reina Araña.

- Parece que hay suficiente vis para los dos, Athos. Un mago nunca debe valerse sólo de su magia, a veces un arma es bastante útil... -comentó Derec sin mirar a Athos, acercándose con su daga a la araña.

- Está en el corazón -dijo Athos, y Derec cabeceó con cierto malhumor.

- Lo sé -gruñó el hechicero oscuro, hincando su daga en el cuerpo de la criatura. Salpicando sangre y algo similar a tripas, el nigromante siguió buscando el corazón de la araña-. En estos momentos, uno se alegra de ser mago -ironizó Derec.

Mientras los magos se encargaban de la búsqueda del valioso vis, Swann agarró al anciano de los hombros, y comenzó a interrogar al anciano:

- ¿No crees que ya es suficiente el peligro que hemos pasado? Habla de una vez. Dinos quién eres. Cuando te fui a curar en el claro del bosque, aparte de demostrar una consideración hacia ti por la que no he recibido ninguna muestra de agradecimiento, pude percibir vagamente que no eres quien aparentas. No nos vas a engañar más tiempo. Deja de hacer juegos de hipnotizador de feria. ¡No somos unos peleles! Si sigues en esa actitud vas a tener que comprobarlo de una manera práctica y dolorosa. ¡No, no me pongas esa cara de pobre anciano con falta de riego! ¡Eso ya no cuela! ¡Habla!

El viejo dio un paso atrás, zafándose del monje, y miró asustado a los otros compañeros, en busca de apoyo.

- Este simple anciano finge ser menos de lo que es -dijo Derec, que tras una mirada al viejo volvió a su tarea-. Ya veo el corazón.

- Estaría interesado en aprender más de nuestro misterioso amigo. Parece que hay más de lo que se ve en ti, ¿no es así anciano? ¿Acaso no fuiste tú quien lanzó ese poderoso hechizo? -Athos se encaminó hacia el anciano, mirándolo con dureza.

- Yo... yo... ¿no iréis a creerle a él? -el anciano retrocedió hasta la puerta del templo-. ¡Está borracho! -el hombre intentó irse a un lado, pero MkVenner bloqueó el paso. Al otro lado se colocó LordCiego.

- Habla -dijo con fuerza el paladín-. No tienes a dónde ir.

- Pe-pero si yo no... -tartamudeó.

- Intellego Mentem -conjuró Swann, repentinamente serio, intentando sondear en la mente del anciano. El bibliotecario dio un sorprendido paso atrás-. ¿Adela?

- ¡Adela! -gritó Derec, justo cuando sacó el corazón de la araña. Corrió hacia la entrada del templo, donde el anciano empezó a desaparecer como si fuera un espejismo, y en su lugar apareció Adela. El nigromante la vio, y tuvo una extraña sensación. Miró su mano: un corazón... casi lo notaba latir... como en su sueño. Él ya había elegido.

- ¡Adela! ¡Pero si esa araña...! -LordCiego estaba tan sorprendido como sus compañeros.

- Sé lo que visteis -interrumpió la dama-. Pero todo ha sido una ilusión mía, lo siento mucho -Adela agachó la cabeza, avergonzada.

- ¿Ilusión? -se preguntó en voz alta LordCiego-. ¡Pero si tú no eres maga! ¿O si...?

- No exactamente. Tengo estos poderes desde siempre, son innatos. No puedo dominarlos del todo, van más allá de mi control. Ni siquiera sé cómo logré lanzar esa esfera de fuego. Ahora ya sabéis mi secreto.

- Pero... ¿por qué? -preguntó MkVenner-. ¿Por qué todos estos engaños e ilusiones?

- Además, te vimos a ti y al anciano juntos -dijo Swann.

- Engañar al ojo humano es fácil, Athos y Derec, como aprendices de la Torre de Marfil y de Astral, Archimago de las Ilusiones, sabrán lo que se puede hacer con este poder.

- Cierto -dijo Athos, recordando el dominio de Astral, dirigente de la Torre, en ese aspecto.

- Y el porqué... no lo sé. Pierdo la consciencia muchas veces, pero sigo en pie. En esos momentos la magia de mi interior toma el control, y no sé lo que hago. Es como si lo viera desde fuera, como si no fuese yo -Adela cayó de rodillas, y comenzó a llorar-. ¡Sí, soy un monstruo!

- No, no lo eres -dijo Derec, dando un paso adelante e interponiéndose entre ella y los compañeros-. Todos piensan lo mismo de mí, ¡pero que sabrán! -el nigromante los miró a todos desafiantemente, especialmente a LordCiego y a MkVenner-. ¡Dejadla en paz, ha sufrido mucho!

Unos momentos de tensión y de incómodo silencio, sólo roto por los sollozos de la mujer, se adueñaron del sitio. Derec partió el corazón de la araña con la daga en dos partes, pasándole una a Athos.

- Toma, tu maldita parte. Y ahora -habló finalmente el nigromante-, abramos esa endemoniada puerta.

Con las últimas palabras de Derec, el Sol comenzó a desaparecer tras las copas de los árboles del oeste del Bosque de las Hojas Caídas. Era extraño, pues no hacía mucho el astro estaba en lo más alto de la bóveda celeste.

- El tiempo es distinto en este malhadado bosque -susurró LordCiego.

- Y este no es un buen lugar para pasar la noche -concluyó MkVenner, observando como en la enorme floresta había leves movimientos y quedos sonidos.

Athos se acerco a la puerta nuevamente, y comenzó a ver las figuras dibujas con detención. Podía ver que todos sus compañeros estaban representados por un animal, pero algo faltaba...  Adela...

- Todos somos representados en esta puerta... cada animal que se nos aparecio esta aqui... quizas si formamos el circulo como lo indica aqui y decimos nuevamente el "acertijo" la puerta se abra... pero falta algo... no hay animal que represente a Adela y a pesar de que no la veiamos, ella si estaba presente... mmm, todavia no lo logro desifrar, no esta muy claro, una cosa es segura... ella fue quien utilizó sus poderes, queriendo o no, algo o alguien provocó esas imagenes y logró que por medio de ella se nos aparecieran... esta cosa... quiere decirnos algo y no creo que Adela quede fuera ya que es el instrumento de mayor importancia en lo que nos ocurre... es muy dificil de explicar, pero para dejarlo claro... creo que Adela es la gema... creo que ella debe ir en el centro...- explicó en pensativo mago a sus compañeros mientras admiraba las puerta quien una vez ya lo habia vencido...

- A sido un día muy extraño, y aún no logró entender el porque de los animales, los sueños, ni el porque del acertijo para abrir la puerta... es como si nos estuvieran probando paso a paso... y eso me preocupa... probarnos para que?- continuó el mago mirando a sus compañeros...

- Al menos esta vis que logramos recolectar nos servira de gran ayuda... eso lo presiento- Athos guardó la Vis en su túnica mientras levantó la cabeza para ver que el Sol ya no se veía y ellos estaban solos en la penumbra...