Aullidos en la Niebla - Narración

Iniciado por Greeny, Diciembre 10, 2005, 06:58:43 PM

Greeny

Mientras Adso usaba sus conocimientos quirúrgicos para aliviar el dolor de algunas personas, Aridane se dirigía al cercano linde del bosque para recoger algunas plantas medicinales. A su paso los aldeanos se encogían, mirándola con odio. Incluso algún murmullo llegó a sus oídos, acusándola de bruja.

Jojosh, avispadamente, observó la reacción de la gente ante la presencia de la elfa, y se acercó a ella. Susurrándole algo, la agarró del brazo. La elfa miró a los ojos al emisario, y ésta, con desconfianza, apartó su brazo de un tirón. Estaba decidida a ayudar a esa gente con su conocimiento herborista, y esperaba así limpiar su nombre.

Pero como Jojosh sabía, aquello no funcionaría...

- Déjala, emisario –dijo el posadero, poniéndose junto a Jojosh. Su mirada no se apartó de la elfa-. Es una druida, y por lo tanto no es de fiar. Ya viste que puede tomar la forma de una de esas bestias –concluyó, señalando el cadáver de un lobo, que todos evitaban-. Esperamos que puedas llegar al fondo de este asunto, mi señor, y que su señora, la Condesa, se acuerde de nosotros –el posadero se alejó, mientras Jojosh pensaba en un nuevo plan. Las palabras del tabernero le dieron una idea:

- ¡Gentes de Lainor! –todos alzaron su mirada hacia el hombre-. ¡Como enviado de la Condesa Ambrosía, y en nombre de mi señora, llegaré al fondo de este asunto! ¡Si los Druidas con culpables, como así parece –Jojosh miró entonces a Athos y a Aridane como si se disculpara por sus palabras-, serán ajusticiados por la ley de mi propia señora, y por mi propia mano!

Los campesinos, ensimismados por las palabras del emisario, y por su porte, cabecearon, murmullando con aprobación. Sí, que esos druidas fueran ajusticiados por sus malvados actos. Sonriendo interiormente, Jojosh se acercó al alcalde, y le preguntó si había alguna ciudad o villa cerca. Según dijo el hombre, pocas millas al sur existía una población pequeña, Salen, dedicada al comercio de caravanas. Jojosh indicó que debía guiar a su gente allí, y el alcalde asintió, agradeciendo al emisario que se encargara personalmente del problema druida.

Cerca de ellos, Melkor y Athos hablaban sobre la acusación que pesaba sobre el segundo.

- Entiendo tus palabras Melkor –decía el druida-, pero te repito que no soy un asesino. Ahora mismo estoy en misión oficial del Circulo Druídico, al que debo lealtad... y no a la Torre. Si lo deseas, puedes acompañarnos, y comprobar por ti mismo que los druidas, y yo mismo, somos inocentes en todos estos desgraciados sucesos. Seguro que la Torre estará interesada en estos acontecimientos... -Athos miró la expresión del elfo, y supo que había acertado en la diana.

- Está bien Athos, iré contigo, pero no te perderé de vista... al menor intento de escapar, serás apresado por la fuerza –el rubio elfo parecía seguro de sí mismo, y se permitió una queda sonrisa en su rostro.

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Mkvenner llegó a lo alto de varios escombros, y miró alrededor con su penetrante mirada. Nada. Parecía que el peligro había pasado, si eso era posible en este mundo. A su espalda, oyó a Derec entonar su hechizo, mientras una oscuridad llenaba la noche.

"La Gema", masculló. "Lo oscurece todo, hasta la noche... y los corazones"

Con la Gema Oscura en sus manos, el nigromante invocó el poder de levantar a los muertos... y funcionó, aunque el hechizo agotó levemente a Derec. Uno de los lobos se levantó lentamente, de forma casi mecánica, y encaró al que le había devuelto la vida. Con una sonrisa triunfal, Derec guardó la gema entre sus ropajes, y la noche volvió a ser tan oscura como una noche cualquiera.

Pero entonces, antes de que ninguno reaccionara, el lobo saltó contra Derec, derribándolo. Un gemido de asombro salió de la garganta del nigromante, que no entendía que pasaba. Tobías, con grandes reflejos, golpeó con el revés de su puño a la criatura, derribándola de encima de Derec. Mientras Mkvenner descendía velozmente con ambas espadas en la mano, y mientras Jubei desenvainaba sus katanas gemelas, el lobo-cadáver aulló y, girándose, huyó del lugar, hacia el este...

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Greg y Tom miraban a Swann con pánico. Las protestas de ambos habían sido desestimadas por un ademán del sabio, que dio un paso –tembloroso, eso sí-, hacia el vacío. El aprendiz se tapó los ojos, sin querer mirar.

El pie de Swann pisó sobre algo, aunque nada se veía. Un sonoro suspiro de alivio surgió de su cuerpo.

- Podemos seguir –dijo el bibliotecario, con aún una insegura voz. Greg lo siguió, tembloroso en el primer paso, pero más seguro después. Tom, por su parte, tembló de miedo en cada paso que dio, sin querer mirar abajo, pero sin dejar de hacerlo con los ojos muy abiertos.

La brillante puerta dorada no tenía picaporte, ni nada parecido, así que Swann la empujó, y ésta se abrió, suavemente. Entrando en la estancia que apareció ante él, el sabio saludó con humildad al Amo, pues al verlo supo que debía tener cuidado con lo que decía... tras él, un grito ahogado de Tom resonó en la amplia estancia. Swann lo miró de mala manera... no había que enfadar a un dragón...

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La gente se marchaba. Los supervivientes de Lainor caminaban lentamente, en dirección sur. Aridane los observaba con pesar... no habían aceptado ni una de sus hierbas, pero eso era algo que Jojosh ya le había advertido.

El peculiar grupo, formado por dos druidas, un hechicero, un emisario y un bardo, quedaron solos en la noche, silenciosos.

- Bardo... ¿por qué te quedas con nosotros? -preguntó con suavidad Aridane.

- Pues... he pensado que... me quedaré con vosotros -empezó a decir con timidez, pero entonces se animó repentinamente-. ¡Así, con nuestras aventuras, compondré la mejor de las canciones!

Athos no pudo evitar sonreír por la alegría del hombre.

- Bueno, es hora de ponernos en movimiento... y hablar con los Druidas –masculló Aridane.

- Así es –dijo Athos, y señaló con la cabeza en dirección al bosque. Sin embargo, pocos pasos después, los avispados ojos de Jojosh vieron algo en el suelo.

- Mirad –dijo, agachándose-. Todas estas huellas de lobos... van en la misma dirección –siguiendo con la mirada el camino marcado por las pisadas, el hombre señaló a un punto-. Esa tierra... está removida.

En efecto, en una pequeña área de menos de un metro cuadrado, aparecía  un montón de rocas y de tierra distinta al resto. Allí es donde acababan las huellas. Melkor, acostumbrado a seguir a sus presas, se agachó junto al emisario, y tocó la tierra.

- Esto ha sido removido hace muy poco –dijo pensativo-, quizás tenga algo que ver...

- Con el terremoto –concluyó Athos, llegando a la misma conclusión que Melkor. El druida recordó que algo se alzó del suelo junto con la niebla. Se acercó a uno de los lobos muertos, y agachándose, vio que tenía unas esporas extrañas en su cuerpo-. Mmmm, cómo me temía, no son lobos cualesquiera.

- Esta tierra está blanda –dijo entonces Adso, pisando en un punto del suelo removido, que cedió ante sus pisadas. A punto de caer, el bardo retrocedió, mientras un agujero se abría en el lugar.

Todos se asomaron con cautela al borde, y vieron una pequeña rampa de tierra que descendía. Huellas de lobos se adivinaban en el oscuro interior iluminado por la luna. Pero el camino estaba cerrado por un derrumbe de piedras.

- Extraño misterio nos presenta la Madre Tierra –susurró Aridane.

En ese momento, un resplandor iluminó el cielo momentáneamente, pocas millas al noroeste. El grupo se observó, sorprendido por ello.

- ¿Qué demonios ha sido eso? –se preguntó Adso. Desde luego, esa era la noche más extraña de su vida.

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De varios metros de altura, la estancia estaba iluminada por unas flotantes velas, que se movían de un lado a otro. Tres sillas aparecieron ante los invitados, que se sentaron en ellas mientras miraban asombrados el tesoro de joyas, oro, plata y gemas que yacía bajo el gran cuerpo del dragón.

De negras escamas, poderoso cuerpo, y pequeñas garras, el dragón miraba a los tres hombres, examinándolos.

- ¿Qué trae a tres seres inferiores de la superficie a la Ciudad? –Tom se sobresaltó al oír la voz del dragón, una voz profunda y antigua, en su cabeza. Les estaba hablando telepáticamente-. Hace siglos que ningún ser de la superficie visita nuestra Ciudad.

Swann notó que se refería a la ciudad subterránea como si fuera la única ciudad, o como si fuera la más importante del mundo. Almacenó el dato en su memoria, aunque por la mirada que le echó el dragón, creyó percibir que le estaba leyendo la mente.

- Sí, la Ciudad es como se llama, pues es la Primera. Es lo único que debes saber por ahora, Swann del Templo del Sol –el dragón movió un ala, como si estuviera estirándose-. Aja, ya entiendo... tiene que ver con la caído del meteorito, y el regreso de... bueno, no debo inmiscuirme. Además, me aburren vuestros pensamientos. ¿Acaso creéis que sois los únicos que han luchado por su mundo? ¿Acaso creéis que sois los únicos héroes de la historia, qué el mundo no ha corrido peligro antes? Bueno, supongo que para vuestra escala temporal este es un hecho insólito, e importante –el dragón cerró los ojos, y bajó la cabeza-. Sí, ese ejército sólo tiene una única intención, y es dominar el mundo, como hicieron antaño. Pero ningún poder podrá detenerlo... buscad la raíz. Marchaos –una puerta apareció frente a los tres hombres-, pero no olvidéis mi consejo: la piedra del oscuro ser es la clave, y deberéis estar con él en el momento clave, cuando el destino del mundo se decida. Una serpiente se ocultará entre los vuestros...

Antes de que pudieran abrir la boca, la puerta se abrió... y desaparecieron en su interior, aunque les llegó un último pensamiento del dragón:

- La Tribu de las Lanzas Rotas es la que tiene prisionero a vuestro amigo... pronto os reuniréis con él...

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Jadeantes, los cuatro hombres persiguieron al lobo, en su camino hacia el este. Mkvenner había creído que les podría llevar a su guarida, donde averiguarían muchas cosas... y acertó.

- ¡La Cueva del Lobo! –jadeó Derec, al llegar a su destino.

En medio del llano, la entrada a una cueva subterránea era, cuanto menos, llamativa. Desde luego, el nombre era más que acertado, pues la roca tenía la forma de la cabeza de un lobo con sus fauces abiertas. Entre esas fauces se perdió el lobo al que perseguían.

- Ya no puedo más –se quejó Mkvenner-, mis piernas se niegan a seguir...

Y en ese momento, un resplandor iluminó el aire. Fue sólo un segundo, y se evaporó tan rápido como apareció. Sorprendidos, los hombres vieron como frente a la cueva habían aparecido tres hombres más. Mkvenner reconoció a uno de ellos:

- ¿Swann? –dijo, mientras el sabio se daba la vuelta-. ¿Pero cómo...?
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Medea

Aridane no fue capaz de aguantar la mirada ante aquel resplandor,la luz la cegaba y le dañaba las retinas;mientras sus compañeros  observaban atonitos y curiosos ella se giro y se agacho  empezo a obserbar las huellas q se asemejaban a sus hermanos,habia algo raro parecian huella licantropas mas q huellas lobeznas,era extraño parecia fucionarse las dos especies en una,¿quizas sus hermanos  estaba mutando?,si asi fuera¿que es los que les hacia mutar? y lo que mas la acongojaba ¿afectaria esa mutacion a su forma animal? y ¿que repercuciones tendria?.
Eran demasiadas preguntas y ninguna respuesta coeherente, su instinto le decia q El estaba detras de todo ,que era una venganza q estaba consumando,pero no ella aun creia q conservara algo de sentimientos apesar de no haber nacido sabiendo q era la compacion.
El solo echo de tener q volver al circulo druida ver alos de su especie tener q rememorar el pasado la hacia entristecer,amgustiar y enfurecer.
Tras minutos de abstracion volvio amirar el resplandor  protegiendose los ojos con las mano,que era lo q se avecinaba no podia dar credito a lo que veia ...........
¿Me seguiras queriendopor la mañana?
Por siempre jamas,amor

Swann

Los tres que aparecieron junto a la cueva como por arte de magia no se sorprendieron más que los cuatro aventureros que los vieron surgir de la nada, acompañados de un intenso resplandor en medio de la noche estrellada. Transcurrieron varios minutos de intenso nerviosismo: todos parloteaban embrolladamente; los que ya se conocían querían contar los acontecimientos maravillosos que los habían transportado allá; los que no, además, querían presentarse entre sí.
Swann reconoció enseguida a Tobías como monje de Baa, pues ya había tenido trato con el Templo de Baa en su época de servicio militar en Harmondale. Pero el enigmático personaje con la cinta cubriéndole los ojos le hubiera despertado la más honda curiosidad de no ser porque venía de hablar con un Dragón Negro. Finalmente, el bibliotecario, tan hábil para escuchar atentamente un discurso como torpe para aclararse cuando hablaban varios a la vez, sugirió encender un fuego, pues la noche iba enfriando, y poder así contarse todo con más calma y comodidad.
Tom recopiló un buen montón de ramitas secas, sobre las cuales colocó otras mayores y Swann utilizó su inseparable hornillo de llama azul para prenderlas. Pronto las sombras de los siete aventureros bailaban por la linde del bosque al ritmo del crepitante estallido de los nudos al quemarse.  Greg dijo tener el estómago vacío y Swann secundó la propuesta de buscar comida. El hábil montaraz MkVenner tardó muy poco en traer una liebre atravesada por una de sus flechas, que el bibliotecario se ocupó de sazonar con las hierbas que siempre llevaba consigo. Mientras la carne se doraba, MkVenner dijo al bibliotecario:

No había reconocido a Tom
Sí... en dos años ha crecido bastante...contestó Swann con cierto orgullo paternal ...Y las experiencias de esta noche a buen seguro le habrán servido de mucho en este sentido... Fue esta frase la que le dio pie para empezar a relatar los sucesos tan extraordinarios que habían tenido lugar en aquella noche tan singular.  Detalló los pormenores de la misión que les encomendara el Decano del Templo del Sol, pues, aunque eran planes secretos, consideraba totalmente fiables a los dos nuevos amigos de Derec y MKVenner. (Era evidente que había olvidado la advertencia del Dragón acerca de la serpiente...)  Mientras tanto, fue preparando hierba para fumar y la fue ofreciendo a sus oyentes. Luego habló de los fragmentos de roca. Narró con detalle y algo de suspense el acecho de los lobos y su posterior retirada, detalle que llamó la atención especialmente al montaraz. Después comentó en tono jocoso la caída de Tom en el agujero y, cuando lo miró para ver cómo le sentaba la broma, halló que dormía plácidamente, embotado por el humo que había aspirado y con la tripa llena de liebre asada.
Se levantó hoy a las cinco... Así glosó Swann los ronquidos del acólito. Después, ante un Greg cada vez más abatido por la suerte incierta de su amigo, narró los acontecimientos de las cuevas: la huída de los trogloditas, el terremoto, el hallazgo de la ciudad subterránea y la pérdida de contacto con el bueno de Lord Ciego.
No puedo negar que, pese a ser un paladín, especie huimana que no goza de mis simpatías, lamento enormemente su pérdida y rogaría que nos ayudárais a rescatarlo, si es que aun sigue con vida.
Finalmente describió los pormenores arquitectónicos de la misteriosa ciudad, el aterrador desfile de las tropas demoníacas y, como colofón final, la misteriosa prueba de fe y el encuentro con el Dragón Negro.

Me siento afortunado de haber podido hablar, o mejor sería decir, ser hablado, por un Dragón Negro. De los estudiosos de la superficie, solo el gran Jeddite logró tratar con ellos y yo, humilde bibliotecario, he sido impelido por una serie de locas casualidades hasta el borde de su trono, fabricado con los tesoros milenarios de civilizaciones ya olvidades... ¿No os parece que en todo el curso de estos acontecimientos hay demasiadas casualidades, demasiados azares que conducen a un punto que aun ignoramos? ¿No os parece como si un ser superior a nosotros, situado en algún mundo más real que este, pero quizá más aburrido, jugara con nosotros para distraerse? ¡Amigos míos...! La visión de ese Dragón, tan antiguo como el tiempo, sus breves y sabias palabras, han ejercido en mí una influencia terrible. Siempre recordaré esta noche, pues nunca ya seré el mismo. He dedicado mis 37 años de vida a recopilar historias y datos que desde la perspectiva muy superior de ese Dragón no son más que una sucesión trivial de los mismos hechos con distintos ropajes... Para ese Ser nuestras historias, nuestras sagas, nuestros reyes y héroes, nuestras guerras y nuestras pasiones deben ser como para nosotros las briznas de una infusión girando y adquiriendo formas aleatorias y efímeras en la tetera... ¡Una insignificancia! ¡Y yo, tonto de mí me dedicaba a registrar orgullosamente semejantes pamplinas!...
El bibliotecario apartó una nubecilla de humo que se balanceaba frente a sus ojos y, al descorrerla, comprobó el mortal aburrimiento, si es que no ya fastidio, que embargaba a sus amigos. Solo Derec y Jubei permanecían impasibles, observando las formas cambiantes de las llamas y pensando en cosas a buen seguro muy distintas de las reflexiones de Swann. Tom roncaba abiertamente. Swann agradeció que Lord Ciego no se hallara presente. De ser así le habría mandado callar hacía tiempo con alguna ordinariez.

ADICTO20

Y de la nada surgieron tres hombres, con un gesto de sorpresa en sus rostros tan visible como el de los integrantes del recién formado grupo de aventureros. Jubei, casi por instinto, se llevó las manos a sus espadas gemelas, pero al ver que MkVenner reconocía a uno de los tres personajes, relajó los brazos.

Tras unos minutos de caótica cháchara, el bibliotecario sugirió encender una hoguera y continuar la conversación en torno a ella, como es debido. Una vez allí, bajo el calor del fuego,  Swann contó un curioso y entretenido relato de trogloditas, dragones, demonios y ciudades subterráneas ocultas. Jubei apenas prestaba atención, su mente estaba distraída, como en otra parte. Se preguntaba sobre el significado de las palabras que pronunció su maestro, y como podría prepararse para cuando llegue el momento.

-¿No os parece que en todo el curso de estos acontecimientos hay demasiadas casualidades, demasiados azares que conducen a un punto que aun ignoramos?-

Jubei, que estaba casi totalmente distraído, al escuchar estas palabras desconectó de sus pensamientos y exclamó:

-Por supuesto. Cada criatura o cosa tiene su objetivo, su camino. Una razón de ser que les da significado y los sitúa como un engranaje más en el motor de la vida y, sin embargo, ese camino no puede ser visto con ojos mortales. Perdón por interrumpir-

Dicho esto, Jubei dejó que Swann siguiese con su relato, y volvió de nuevo a sus pensamientos. Cuando el bibliotecario terminó de hablar, Jubei dió un suspiro como de alivio seguido de una leve sonrisa, y dijo -Pues me temo que nuestra historia es menos interesante, Swann. Ese era tu nombre ¿verdad?: Primero fuimos atacados por un grupo de caballeros negros, y mientras luchábamos un temblor sacudió la tierra. Después una niebla lo cubrió todo y fuimos atacados por un grupo de extraños lobos. Derec convirtió en... "zombi" a uno de los que maté, y este le atacó, Tobías le golpeó antes de que le destrozase la garganta y el lobo se dio a la fuga, así que tuvimos que seguirle corriendo hasta la cueva, donde os encontramos a vosotros- Se encogió de hombros mientras miraba a Swann, como diciendo "y eso es todo".

Después de esto Jubei decidió aparcar sus preocupaciones hasta un nuevo día y, antes de echarse a dormir dijo:

-No puedo separarme de Derec, pero si tenéis intención de ir al rescate de ese paladín que mencionasteis, debe hacerse lo más rápido posible, tenemos que entrar en la cueva del lobo. Si Derec va yo voy, si el se queda yo me quedo, muy a mi pesar. Bueno,  ahora si me disculpáis voy a dormir un poco, no es que esté cansado, pero este ha sido un día de lo más enigmático, y tengo mucho sobre lo que meditar. Buenas noches a todos-

Dicho esto, Jubei se alejó un poco del grupo y, apoyándose en un ancho tronco situado en el suelo, cerró los ojos hasta el amanecer.
[highlight=#FFFFAA]They say an end can be a start. Feels like I\'ve been buried yet I\'m still alive.[/highlight] - If I Ever Feel Better (Phoenix)

Krator

¿Nos ponemos en marcha hacia el circulo druida o vamos a investigar que ha sido ese resplandor? O mejor aún, y lo que prefiero yo, ¿buscamos algún cercano lugar para pasar la noche? . Adso estaba confuso, nunca había iniciado una aventura así y eso le entusiasmaba.
Tantas aventuras y desventuras que habré cantado...y ahora puedo ser el protagonista de una de ellas. Además esta historia parece tener de todo, terremotos, lobos extraños, tuneles...esto es oro para mis nuevas composiciones...Seré el bardo más famoso del planeta....

Antes que nada, perdonadme mi grosería, me llamo Adso y he recorrido toda Erathia con mi arpa y mi fiel daga

Tu eres Athos, uno de los heroes de la Batalla de la Roca, ¿verdad? - dijo dirijiendose al druida.Te hacia como mago.

Perdonad de nuevo, será mejor que nos movamos, este sitio no es seguro, nunca se sabe si esas criaturas pueden volver, pero antes de marcharnos, sería conveniente tomar muestras de esas esporas para ver si alguien sabe más del tema.
Doble cruzado, cuadruple placer.
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Lepastur

Tras escuchar todo lo que se decía, y tomar nota de los nombres especialmente, Jojosh aguardó el momento adecuado para presentarse como Emisario, una especie de Informante, de la Condesa de Ambrosía. Tras ello, su intención era poner de manifiesto la situación y su compromiso con las gentes del pueblo, así como recordar que su deber era descubrir qué estaba ocurriendo y proponer la partida inmediata hacia el Círculo de los Druidas tras un análisis rápido de la zona y recoger algunas muestras con cuidado d todo lo extraño q encontrasen. Después d eso, su plan tb contemplaba la posibilidad de reconocer el lugar de donde procedió aquel resplandor si el Círculo cogiera más o menos de camino, ya q intuía q tantos eventos peculiares en tan breve espacio de tiempo probablemente estarían relacionados.
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Vitirr

Tobías permanecía en silencio mientras sus acompañantes se saludaban con los recién llegados. Daban la sensación de ser buenos amigos y haber pasado por muchas cosas juntos. El que se hacía llamar Swann se presentó a Tobías, y dijo conocer el culto al que pertenecía. El monje notó cierto recelo en la mirada de Swann pero pareció obviarlo.

La velada fue agradable, los conocidos intercambiaron bromas y rememoraron alguna que otra peripecia mientras las llamas calentaban el lugar y aumentaba la sensación de somnolencia que produjo la sencilla pero suculenta cena. Pero entonces llegó el momento de contar el motivo de sus respectivos peregrinajes. El patrón terremoto y lobos que tan pronto aparecían como desaparecían parecía repetirse en ambas historias. Sin embargo la historia que siguió contando Swann superaba a todo lo demás..., ejércitos enormes de fuerzas demoníacas, una misteriosa ciudad subterránea, un dragón que hablaba en tu mente...

Más tarde relató Swann la pérdida de un compañero, un paladín de nombre Lord Ciego y pidió ayuda para rescatarlo si aún seguía con vida.

-No puedo separarme de Derec, pero si tenéis intención de ir al rescate de ese paladín que mencionasteis, debe hacerse lo más rápido posible, tenemos que entrar en la cueva del lobo. Si Derec va yo voy, si el se queda yo me quedo, muy a mi pesar. Bueno, ahora si me disculpáis voy a dormir un poco, no es que esté cansado, pero este ha sido un día de lo más enigmático, y tengo mucho sobre lo que meditar. Buenas noches a todos. - dijo Jubei con determinación -.

Tobías tomó la palabra por primera vez en la noche:

- Pienso que vuestro compañero estará bien, creo que no deberíamos preocuparnos demasiado por él. No existe ningún motivo para pensar que lo que no han hecho con vosotros lo harán con el paladín. Está claro que tanto trogloditas como el dragón no tenían ninguna intención de haceros daño, más bien parecería que os estaban esperando para hablar con vosotros. Si es un hombre con recursos no tendrá problemas para escapar de allí sin un rasguño.

Uno de los nuevos, llamado Greg tomó la palabra contrariado:

- ¿Y entonces lo dejaremos solo abandonado a su suerte?. ¡Cualquiera sabe qué puede pasar por la cabeza de esos seres deformes!. Yo no me permitiré dejar atrás a un compañero mientras me quede un soplo de vida.

- No nos dejemos llevar por la pasión. Como ya he dicho no creo que le ocurra nada a vuestro compañero, y además hay cosas muy urgentes en las que pensar. ¿Qué crees que pasará si ese ejército marcha sobre Erathia?. No sólo perderemos a Lord Ciego, sino que todos estaremos en peligro mortal. Debemos averiguar qué está pasando y cómo hacerle frente, y no hay tiempo que perder.

Greg seguía exaltado, pero permaneció en silencio.

- De todas formas Jubei tiene razón, nada podemos hacer ya esta noche, es hora de descansar. Han sido días duros para todos y necesitamos descanso. Mañana podremos decidir qué hacer con la mente despejada.

Poco más tarde todos buscaron un lugar donde acomodarse para la noche. Tobías no durmió mucho sin embargo y a las pocas horas, en plena noche, se encontraba despierto y se había alejado unos metros del improvisado campamento. Tenía la cabeza oculta por la capucha, cada mano cubierta por la manga del brazo contrario, con los ojos cerrados y de espaldas al campamento. La luz de la luna se reflejaba en su rostro.

- Buenas noches bibliotecario.

Swann que se había levantado desvelado y aún se encontraba a unos metros se aproximo un poco más.

- Mi nombre es Swann.

Tobías se dió la vuelta y levantó el embozó de su capucha. Entonces respondió con media sonrisa.

- Lo sé.

- ¿Qué haces aquí, no duermes?.

- Ya he dormido lo suficiente. No sólo el cuerpo necesita descanso, el descanso de la mente es igualmente importante... o más. Supongo que ya lo sabes, ¿eres monje también no?.

- Bueno, me considero bibliotecario ante todo.

- Es verdad, bibliotecario. Aunque yo más bien diría erudito. Tus conocimientos te delatan.

- A mí me gusta el simple término de bibliotecario.

- Bibliotecario pues... y del templo del Sol nada menos. Habrás escuchado muchas cosas interesantes en ese lugar. Por ejemplo acerca del culto de Baa.

- No hace falta trabajar en el templo del Sol para escuchar cosas sobre Baa. Los rumores flotan sobre toda Erathia.

- Nada bueno desde luego.

- Hay de todo.

- Supongo que en el templo del Sol los rumores son más siniestros, ¿me equivoco?.

- No puedo negarlo.

- Tenemos que soportar muchor rumores malintencionados. Es normal, a nadie le gusta la competencia. Somos un culto nuevo, con creciente éxito entre los humildes. Seguro que a los sacerdotes del templo del Sol no les gusta perder su parcela de poder. Todo es un juego de poder, pero lo importante es qué haces con ese poder.

- ¿Así que todo es una cuestión de punto de vista?.

Tobías no acertó a saber si el comentario de Swann tenía más de sincero o irónico. Quizás sólo quería dejar que Tobías siguiera descubriendo sus cartas.

- No niego que han podido existir manzanas podridas, ¿qué organización humana no las tiene?. Pero no se nos puede juzgar por unos pocos. El resto es sólo maniobras de desacreditación. Seguro que tienes grandes conocimientos de historia, ¿verdad?.

- Sé bastante, aunque nunca es suficiente.

- ¿Qué crees que ocurría cuando el templo del Sol y la Luna eran más fuertes y su enfrentamiento más patente?. No podías ir a la zona de influencia de uno de los templos sin escuchar barbaridades sobre el otro.

Swann no se mostraba muy convencido.

- No me importa que tengas prejuicios sobre el culto, pero te aseguro que mis motivos en toda esta aventura son puros y no deseo otra cosa que intentar evitar la gran catástrofe que puede sobrevenir sobre nosotros.

Swann era una incógnita para Tobías.

- Te agradecería también que no influyeras  negativamente en la opinión que tienen nuestros compañeros de mí o mis creencias.

Swann asintió aunque quizás por cortesía. Pasaron unos segundos de cierta tensión que Tobías se decidió a cortar.

- ¿Contabas que visitaste Harmondale?.

- Sí, durante mi servicio militar. Hace ya mucho de eso.

- Yo también viví en esa ciudad hace tiempo. Yo era un jovenzuelo y los alrededores aún no se habían llenado de hordas de goblins. Recuerdo haber jugado al arcomago hasta las tantas en la taberna de la ciudad, no se me daba mal... eran otros tiempos. ¿Es curioso no te parece?.

- ¿El qué?.

- Que una ciudad tan minúscula y sin importancia sea tan codiciada por elfos y humanos. A veces las cosas pequeñas pueden decidir grandes empresas.

Continuaron hablando de vanalidades un rato más, hasta que cada uno volvió a su sitio. Tobías se volvió, cubrió su cabeza con la capucha de su túnica, envolvió sus manos con las mangas y cerro los ojos. La luz de la luna se reflejaba en su cara.

ValenciaBest

tras iluminarse el cielo. Melkor dijo:

- cojamos algunas d esas esporas, marquemos este sitio y vayamos sigilosamente hacia esa luz, todo esto es muy extraño y seguro q esta relacionado.

y empezo a guardar algunas muestras con cuidado de no tocarlas, nunca se sabe lo q pueden contagiar y meterlas en una funda d piel que llevaba.

despues buscó con la mirada el árbol mas alto y robusto cercano y le hizo unas muescas.

despues miro a sus compañeros y dijo vamos!! no tenemos toda la noche, y siguió andando hacia la luz marcando un árbol robusto y alto cada 100 metros con muescas númericas.
Hungry of HoMM!!
.-.-.-. O G A M E.gr .-.-.-.
AGA uni 1 <-> tu alianza d progreso

TheLordAlex

Supongo que todavia me falta descubrir mas de los secretos de este enigmativo artefacto-Dijo Derec despues de que el lobo lo atacara o por lo menos eso parecia.

Sigamoslo, derrepente nos lleve al fondo de este misterio-Los cuatro hombres lo siguieron hasta que llegaron a la cueva donde se encontraron con el bibliotecario del Templo del Sol, una extraña sensacion sintio en ese momento, como si el encuentro con Swann estuviera premeditado,como si su propocito tuviera que reunirlos necesariamente con los Heroes de la Roca nuevamente

Imrpovisaron un campamento en donde puedan pasar la noche, el viaje habia sido muy largo y sin descanso, con tantos ataques, tenian merecido una tranquila noche.

Creo que no tendremos problemas para dormir-Dijo en tono jocoso Derec a Mkvanner al ver a Swann empezando con una de sus interminables historia a las que ya los tenia a costumbrados, este solto una pequeña carcajada

No tomo mucha atencion al relato de Swann, Derec solo miraba las llamas de la fogata pensando en su amada Pronto nos reuniremos decia casi susurrando, pero algo que dijo Swann lo perturbo.

No puedo negar que, pese a ser un paladín, especie huimana que no goza de mis simpatías, lamento enormemente su pérdida y rogaría que nos ayudárais a rescatarlo, si es que aun sigue con vida

-No cuenten conmigo, tengo otras cosas en que ocuparme, ademas creo que esta bien entrenado como para cuidarse solo, al amanecer yo continuare mi camino-Dicho esto Derec se levanto y se acosto en  el suelo, al costado de unos arbustos, el paradero de LordCiego era lo que menos le importaba en ese momento, nunca dejo de sentir recentimiento hacia el despues de todo lo que paso por su causa y como lo trato Por mi que se lo coma el Dragon-Penso
\"En la sabiduria esta el poder\"

Greeny

La hoguera se había apagado. Mkvenner vigilaba atento en la oscuridad, observando sobre todo la entrada de la cueva. El sonido de las respiraciones regulares de sus compañeros era lo único que sonaba en la noche. Pero el explorador casi juraba que veía algo que lo observaba desde el interior de la cueva... bueno, en realidad no podía ver nada, pero sí lo sentía...

Llegado el momento, despertó a Jubei para que le relevara. Entonces se acomodó en el frío suelo, y cerró los ojos.

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Tras un pequeño debate, los compañeros decidieron ir hacia el resplandor, el cual no parecía estar muy alejado del lugar. Aunque Athos y Aridane deseaban hablar con los druidas –al igual que el emisario Jojosh-, creyeron que sería lo mejor dar ese pequeño rodeo para investigar lo ocurrido. Tras recoger varias esporas con cuidado, fueron guiados por el "cazador" Melkor, que fue marcando varios árboles para recordar el camino, el variopinto grupo avanzó hacia el lugar.

Sin embargo el cansancio se hizo notar en sus miembros, y todos decidieron –tras la petición de Adso-, pasar la noche a la intemperie. Jojosh encontró hábilmente un lugar resguardado de posibles espías, y todos se prepararon para dormir.

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Amanecía. Todos estaban ya en pie, preparándose para entrar en la Cueva del Lobo.

"Un nombre apropiado", ironizó mentalmente Mkvenner, mientras guiaba al grupo al interior de la cueva. Era una caverna ancha, que iba en una sola dirección: hacia abajo, en una ladera suave. Las paredes rocosas eran altas, y el suelo arenoso. Las huellas de lobos –y de otras criaturas, que Swann reconoció como trogloditas-, llenaban el suelo en ambas direcciones.

No mucho después, empezaron las ramificaciones. Pequeñas grutas –algunas en las que no cabría ni un niño- se abrían a uno u otro lado, o incluso en el techo en ciertas ocasiones. Mkvenner siguió el camino principal, pero sin quitar ojo a esos conductos.

Tras el explorador marchaban Jubei y Greg, atentos a cualquier emboscada. Derec los seguía, con una mano cerca de la Gema Oscura. Swann y un tembloroso Tom iban tras sus pasos, y el hermano Tobías cerraba la marcha, con constantes miradas desconfiadas atrás.

La cueva estaba iluminada tenuemente por unos brillantes hongos, cuya luz interior parpadeaba, dando un toque lúgubre al lugar. Las sombras que proyectaban los compañeros se mezclaban con otras sombras, o eso le parecía ver a un cada vez más nervioso Tom.

Y entonces, repentinamente, llegó la emboscada.

Dos docenas de trogloditas aparecieron frente a los compañeros, armados con pequeñas lanzas. Con sus singulares silbidos, amenazaron a los compañeros, que recularon. Pero enseguida más trogloditas –una veintena de ellos -surgieron a sus espaldas, procedentes de varios recovecos.

Estaban rodeados.

- Perfecto –gruñó Greg, que alzó su espada-. Por mi Capitán, me vengaré.

- Gssss, rendíos, gsss –silbó una de las criaturas en un extraño acento-. Tribu gsss Lanzas Rotas ggggs somos. Gss somos los más gssss fuertes, gsss, entregaos a los nuevos gss amos. A los gsssss llegados de gs fuera.

Antes de que ninguno pudiera responder, unas voces se oyeron desde atrás. Corriendo, varias personas llegaron desde la entrada de la cueva, y frenaron en seco al ver a la horda troglodita. A sus espaldas, unos diez trogloditas los perseguían.

- ¡Athos! –reconoció Derec a uno de ellos, y el aludido observó sorprendido al nigromante.

- ¿Más amigos? –preguntó Tobías-. No es el mejor momento para reuniones familiares...

- ¡Más Héroes de la Roca! –sonrió Adso, aunque estaba nervioso por la situación.

- ¿Entonces nos rendimos... o luchamos? –gruñó Mkvenner, observando las afiladas lanzas enemigas. Los trogloditas parecían esperar... quizás para atacarlos en cualquier momento.
RAW INSIDE: PUNK-ROCK desde Málaga

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Vitirr

El grupo se encotraba completamente rodeado como si se tratara de un emparedado de varios pisos. El enemigo era muy numeroso pero el grupo era poderoso. Seguramente podrían superarlos pero, ¿cuántos más vendrían?.

- ¿Entonces nos rendimos... o luchamos?, - dijo el explorador -.

Tobías habló:

- Tú ya has tratado con ellos Swann, creo que deberías ser tú quien tomara la decisión.

El monje se preparó para la posible lucha mientras esperaba a que la sabiduría que atribuía a Swann le permitiera tomar la decisión correcta.

Medea

Aridane miraba curiosa a los posibles intento de heroe q tenia frente a ella,tras percatarse q estabaan redeados por unos centenares de trogloditas bastante mas enfurecidos de lo normal suspiro al ver q la lucha era inminente, no  habia escapatoria y ella tampoco estaba por la labor de huir a causa de seres inferiores a ella,carentes de juicio y sin capacidad de  pensar con logica.Mientras preparaba su arco y cojia flechas de su carcaj se concentro  mientras entonaba:
-Las cuerdas de la vida ............-pronuncio mientras miraba al suelo con l a vista perdida.
Cuando acabo de entonarlo miro a su alrededor e intento localizar a Athos y a los demas.........
¿Me seguiras queriendopor la mañana?
Por siempre jamas,amor

Lepastur

La persecución laberíntica parecía haber llegado a su fin. Aquellas criaturas, pese a no tener ojos se movían con extraordinaria agilidad por los túneles, lo cual le hizo pensar a Jojosh que quizá los estuviesen conduciendo adrede hacia algún lugar en concreto, y por la pinta que tenía la situación aquel parecía ese lugar. Allí se encontraba otro grupo de gente de lo más variopinto, una especie de Nigromante, un par de monjes, un guerrero lisiado aunque extraordinariamente corpulento xa su condición, un rastreador y un par de jovenzuelos que parecían querer convertirse en paladines, vamos, más extraño imposible. Pero lo más raro de todo era que al parecer algunos se conocían, y eso se llevaba la palma. Algo que le llamó la atención era que Adso, el Bardo, parecía estar al corriente de sus relaciones, lo cual podía ser interesante en un futuro más sosegado. Lo más interesante era que uno de los dos monjes parecía haber estado en contacto con aquellas criaturas, así que decidió aguardar atento a ver qué pasaba, eso sí, preparando y empuñando su gran machete sin desenvainar aún por si las cosas se torcían.
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ADICTO20

Estaban rodeados por una horda de trogloditas. MkVenner preguntó en voz alta si debían rendirse, y Tobías pidió consejo a Swann que ya había tenido contacto con criaturas de la misma especie anteriormente.

Jubei se limitó a bajarse la venda una vez más hasta taparse los ojos, y a echar mano a las empuñaduras de sus espadas gemelas, esperando alguna palabra del bibliotecario, aún que dijo:

-Los "nuevos amos venidos de fuera" me suena al ejército demonio que Swann mencionó en su relato, puede que rendirse sea peor que luchar ahora. Dejemos que Swann hable con ellos, después decidamos-
[highlight=#FFFFAA]They say an end can be a start. Feels like I\'ve been buried yet I\'m still alive.[/highlight] - If I Ever Feel Better (Phoenix)

Swann

No era nada habitual encontrar a un troglodita capaz de hablar la lengua humana. Aquél que lo acababa de hacer, entreverado con los siseos propios de su especie debía de ser uno extraordinariamente inteligente y su presencia allí dejaba claro que esa emboscada estaba especialmente preparada para ellos. Tal vez incluso habían estado siendo observados y seguidos toda la noche. El comentario acerca de los "nuevos amos" resultaba de lo más intranquilizador; pero aun así, Swann no deseaba empezar la pelea sin un poco más de información.
Tobías, el recién conocido monje de Baa le expresó directamente esa misma opinión. Como todos parecían esperar a que alguien tomara la palabra, el bibliotecario sujetó a Greg del brazo que ya estaba desenvainando la espada e intentó que aquel troglodita tan inusual le contara algo más antes de que tal vez el paladín le seccionara las cuerdas vocales.

Recuerda lo que dijo el Dragón... Dejemos que ellos mismos nos guíen hasta Lord Ciego -le sususrró al oído.

Luego se dirigió en voz alta al troglodita que sabía hablar la lengua humana.

¡Saludos, ilustrado y noble troglodita! Ehem... Antes de rendirnos deseamos saber ante quién nos tenemos que rendir... ¿Quienes son los nuevos amos llegados de fuera?

Mientras esperaba una respuesta, Swann colocó la mano derecha sobre la empuñadura de su espada corta. Quizá no hubiese respuesta. Quizá las palabras habían concluído y fuese el turno del acero y la sangre.