Aullidos en la Niebla - Narración

Iniciado por Greeny, Diciembre 10, 2005, 06:58:43 PM

Lepastur

La situación pintaba mejor. El demonio estaba bastante malherido y el Behemoth ya no parecía una amenaza... pero aquel apagón de luz repentino reclamó la atención de Jojosh, sobre todo aquel objeto que parecía volar a petición del hechicero siniestro. Aquel brillo penetró profundamente a través de sus ojos irradiando un gran poder, cuando de repente salió disparado despareciendo por una de aquellas grutas. Acto seguido la luz de aquellos extraños champiñones gigantes volvió a inundar aquel lugar, de lo cual Jojosh dedujo que era posible que aquel artefacto fuese el responsable de la oscuridad repentina, habiendo captado de alguna forma toda la luz para sí. Este suceso le hizo pensar en algunos rumores acerca de un extraño artefacto, de los que tuvo conocimiento en su andadura por las tabernas. Lo llamaban la Gema Oscura, y allá donde oía hablar de ella siempre notaba cierto recelo y miedo, pues según se decía era algo buscado con ansias por alguien que ofrecía una gran recompensa, dato tras el cual se esconde probablemente un gran y terrible poder...

Pero no había mucho tiempo para reflexionar, y Jojosh lo sabía, así que trató de poner toda la atención posible al demonio, de quien no se fiaba ni un pelo pese a estar malherido, puesto que aún así había conseguido repelerlos a todos. Ya habría tiempo de enterarse más a fondo sobre la artimaña del nigromante y sobre aquel artefacto, de cuyo resultado pensó que se trataba de una especie de hechizo para buscar una salida de allí y que aquella especie de Gema centelleante hacía de guía respondiendo a los deseos del amo, aunque dudaba un poco de todo esto debido a la velocidad a la que desapareció.

Volviendo a concentrarse en el combate, Jojosh repitió la misma operación pero esta vez agarrando con fuerza su afilado machete con las dos manos con la intención de que su próximo golpe fuera más fuerte y contundente. Si había que huir tras aquel artefacto que los conducía a una salida habría que terminar con aquel Demonio pronto, pues dada la velocidad de aquel foco emisor de luz el tiempo apremiaba. Fue así como continuó estudiando a su objetivo, esperando que sus compañeros más capaces iniciaran un ataque que presuponía definitivo.
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rasdel

-Lo logré...-dijo Athos con una voz cansada mientras que miraba como el Behemoth se retorcía de dolor para luego caer muerto al piso.

Ya tenía su querida vara en sus manos, por lo que agradeció con un gesto a el bardo quien se la había tirado...

Miró a un lado para ver como sus compañeros seguían peleando mientras sentía como sus brazos y piernas lo empujaban hacia el piso... parecía que pesaban una tonelada...

Había cumplido su misión el Behemoth estaba muerto... se dejó caer de rodillas mientras la oscuridad cubría la arena... luego de un instante vió como la Gema se perdía en la misteriosa celda de donde el Behemoth había salido...

-Derec.... la.... G...e....-dijo mientras su rostro golpeaba el piso... estaba agotado...
--Efectos secundarios pueden incluir: sequedad de boca, náusea, vomitos, retención de agua, dolorosa picasón rectal, alucinación, demencia, psicosis, coma, muerte y mal aliento. La magia no es para cualquiera, consulte a su doctor antes de uso--

ValenciaBest

Melkor, empezó a sentir un calor que le recorria el cuerpo, su hechizo no habia tenido mucho efecto y lo había sofocado, pero vio como una bola de fuego lanzada por el druida tumbaba al behemoth.

respiró de alivió en ese momento.

despues centro su mirada en el demonio, vio que los demás compañeros también habian conseguido debilitarlo bastante. una sonrisa comenzó a esbozarse en su cara cuando todos se sumieron en las tinieblas.

- Vaya, ¿que ha producido esto? - se preguntó a si mismo en voz alta. y buscó algún fenómeno que pudiera ser el causante, y lo encontró una gema, que de repente salió disparada hacia una de las puertas, por donde había salido el behemoth.

umm, Melkor ni lo pensó:
- ese artefacto es poderoso no podemos perderlo ahora, total yo aqui ya no puedo hacer más, vamos a investigar que hay por alli.

- REGO CORPUS!! - entonó, buscando con ello saltar en dirección a la reja por la que había salido la gema.
Hungry of HoMM!!
.-.-.-. O G A M E.gr .-.-.-.
AGA uni 1 <-> tu alianza d progreso

Galahad78

Mkvenner cayó de rodillas, agotado y jadeante. El Behemoth se había desentendido de él, y el tajo que le había lanzado a su pata no lo había detenido en absoluto. Por suerte, Athos había conseguido acabar con el monstruo, aunque antes la Gema había salido disparada de las manos de Derec, para perderse por el oscuro habitáculo por el que había salido el Behemoth.

Mkvenner se sentía demasiado fatigado y dolorido para segiur combatiendo sin tomarse un respiro. Apoyó su puño derecho en la arena, quedando a tres patas y trató de mover su brazo izquierdo. El dolor era más intenso ahora, según se iba enfriando la contusión. "Qué irónico", se dijo, "que mis conocimientos no me sirvan ahora para curarme a mí mismo". Tendría que ser alguno de sus compañeros (Swann o el bardo, por lo que había visto), quien le echara un vistazo a sus heridas. Hasta entonces, poco podría hacer para recuperar la Gema, como le pedían insistentemente, y mucho menos luchar contra el Demonio, sin su arco. "Ya he tenido bastante combate cuerpo a cuerpo por hoy", pensó con una amarga sonrisa.
[i:ec942aef72]Si pones tinto en un vaso de txikito, es el txikito; si lo pones en un porrón, es el porrón; si lo pones en una bota, te pones las botas...Sé tinto, amigo[/i:ec942aef72]

Krator

El behemoth caía al suelo, pero no era el único, varios de los compañeros que habían volado minutos antes, también caían al igual que el monstruo frito.

Adso pensó 1 segundo que hacer y le sobró tiempo, raudo y veloz como ninguno se dirigió al personaje al que anteriormente le había lanzado su vara, para prestarle sus servicios como médico y sus conocimientos quirurjícos.

Quedate ahí, ahora voy en tu auxilio-  le dijo también a un arquero que había caido.

Mientras se acercaba al mago, vió como otro extraño personaje se elevaba sobre sí mismo, a la vez que se hacía la oscuridad en todo el coliseo, como si de un eclipse se tratara. Con su minuciosa forma de ver las cosas, Adso empezó a atar cabos.
Era ese objeto, la gema de la que tanto había oido hablar. Aquella de la Batalla de la Roca. No podía ser otra cosa, estaba con aquellos heroes, debía ser ese objeto.
Estaré en constante peligro cerca de el nigromante, ese objeto es muy peligroso y muchos buscan su poder- se dijo así mismo Adso.

Oh, perdona, casi te piso- dijo Adso dirigiendose a Athos.

Adso siguió con lo suyo, curar con sus conocimientos de quirujía, pero no conseguía sacarse la imagen que había contemplado.
Doble cruzado, cuadruple placer.

Swann

Swann quedó embelesado observando el comportamiento mágico de la Gema de Derec. Se le ocurrió incluso un cuarteto de alejandrinos para describir su extraordinaria estela oscura, pero desistió de recitarlo a nadie. No fuera que recibiese él solito todo lo que el demonio había logrado esquivar.
Una vez que el artefacto se perdió en la oscuridad, cavilando sin cesar, se dirigió casi mecánicamente a donde se encontraban sus compañeros peor parados en la batalla. El resto se afanaba en rematar a las bestias que aun agonizaban. Adso también salió apresuradamente a socorrer a MkVenner, que parecía tener dificultades para ponerse en pie.
Mientras curaba a los heridos, Swann parecía conversar con ellos, aunque en realidad lo hacía para sí mismo:
Tal y como se especulaba, la Gema posee una especie de Voluntad propia, yo diría que incluso consciente. Esto me recuerda una vieja historia, probablemente inventada, acerca de un anillo de muy oscuro poder, el cual ansiaba volver a ocupar el dedo de su maligno dueño y que corrompía a...

Aaaarghhh gritó Athos.
Perdón, perdón, ya me callo... se disculpó Swann.
Pero el alarido no se debía a su historia. Adso, en su atolondrada carrera para curar al montaraz, había pisoteado al pobre mago.
Deberías llevar sandalias en vez de botas, como yo. le recriminó Swann desde la superioridad que le otorgaba su larga experiencia de traspiés y pisotones.

ADICTO20

El enemigo era poderoso, pero los aventureros eran más. El demonio malherido parecía darse cuenta de que su final estaba cerca, pero aún así seguía oponiendo resistencia, demostrando gran valor para ser una criatura vil y traicionera.

Los demonios que Jubei había "visto" y combatido en su tierra no tenían presencia propia, habitaban en los cuerpos de desafortunados campesinos o guerreros que habían sido poseídos, siendo un mal difícil de detectar pero más fácil de combatir que este demonio, que no solo tenía cuerpo propio sino que además demostraba su maldad sin contemplación alguna.

-Tus agudos sentidos deben indicarte cuando te llega la hora de la muerte demonio, y es justo en este instante- Mientras decía esto Jubei pudo ver como la gema de Derec (la cual tenía que proteger) salía disparada hacia una de las verjas del coliseo, perdiéndose en su oscuridad.

-Pero que...- Murmuró Jubei

No podía permitirse perder de vista la gema, quien sabe donde podría haber ido a parar, pero tampoco podía dejar las cosas a medias, así que enfundó la espada corriente que tenía en su mano izquierda y blandiendo con dos manos su Katana Negra, atacó ferozmente al demonio con la intención de partirlo en dos.

Si no conseguía matarlo, seguro que sus compañeros podrían hacerlo.
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LordCiego

LordCiego voy como a pesar de haber costado, el demonio habia sido gravemente herido y el behemoth había sido vencido relativamente rapido aunque con mucho esfuerzo.

Parecía que la situación se empezaba a controlar relativamente cuando de repente Derec perdío la gema y sintio como un poder procedente de donde salio el Behemoth se alejaba rapidamente.

Derec había perdido la gema!!! Eso era terrible, quien fuera el que se la hubiera llevado podría tener los otros dos fragmentos necesarios para completar el artefacto y entonces se desencadenaría un poder terrible.

LordCiego siguio pensando un poco más sobre que podría pasar a gran escala más que sobre lo que pasaba en ese momento en la arena. Total, no tenía ni ropa no armas....

TheLordAlex

Derec cayo al suelo casi desmallado por el intenso poder de la gema luego que esta la abandonara despues de haber invocado su poder, estiro su mano para alcanzarla pero esta salio disparada como si ella misma actura por u propia voluntad. La gena le habia indicado el camino hasta la cueva y es ahora en donde ella debia actuar, de que manera? se preguntaba, la gema actuaba aveces de forma muy extraña pero al final resultaba lo correcto, nunca era previsible lo que haria, aun Derec no tenia el conocimiento suficiente para dominarla... la gema le dijo entre sueños que la llevara hasta ese lugar, lo cual habia cumplido, ahora dependia de ella el siguiente paso

Con mucha dificultad se levanto y fue tras su vaculo que habia caido tras de el, lo cogio y se dirigio hacia la reja donde habi salido la gema no sin antes detenerse ante el imponente Behemont para recoger el vis que este pudiera tener, creo que habra suficiente para todos lo magos penso, saco su Daga y se dirigio a la bestia, apoyado en su baculo, ya que tenia dificultad para caminar debido al impacto de la cida.
\"En la sabiduria esta el poder\"

Vitirr

El combate parecía decidirse. El demonio había sido golpeado duramente, y su discurso sólo podía ser considerado como sus últimas palabras. Tobías miro a su alrededor durante un instante tras escuchar unos tremendos aullidos de dolor. El behemoth se debatía entre la vida y la muerte envuelto en llamas, mientras que el resto de compañeros, aunque visiblemente heridos, parecían a salvo.

Y entonces vio a Derec alzando la gema. La oscuridad inundó el lugar durante unos instantes y Tobías sintió una presencia muy poderosa. Momentos después volvió la luz y la gema huía con vida propia a través de una de las rejas del coliseo.

- No puede ser todavía, - pensó el monje -.

Vaciló mientras miraba al demonio herido, como sin saber qué hacer. Entonces Jubei lanzó un ataque con una sola espada, tan fuerte como si su vida le fuera en ello. Por primera vez en mucho tiempo Tobías sucumbió a sus instintos en lugar del cumplimiento de su deber y se abalanzó sobre el demonio con una ira desmedida.

Medea

Aridane comprobo q apesar delñ tiempo q llevaba sin utilizar su arco no habia perdido  el toque q la caracterizaba rapidez y certeza,miro al bibliotecario y luego fue consicnete como fue derribada la bestia,miro a su alrededor y observo que habia un nigromante en el grupo de extraños,extraños que en su mayoria se conocian entre ello y que dela noche ala mañana luchaban por una causa comun.
Vinedo el panorama decidio aplicar sus conocimientos de quirurjia al nigromante que segun habia oido decia llamarse Derec y como no a su compañero e idolatrado Athos,aunque de antemanos se encontraria con el rechazo de ambos por ser como era una elfa y por la desconfianza que ellos vertian sobre Aridane sin haberle dado opcion ni siquiera  a ser conocida.Se acerco con hiebas que aun poseia del bosque e hizo lo unguentos pertinente, se acerco a ellos intentando q su rechazo inicial se transformace en un voto de confianza hacia ella.
¿Me seguiras queriendopor la mañana?
Por siempre jamas,amor

Greeny

El demonio seguía mirando fijamente el lugar por el que la Gema Oscura había escapado. El miedo que sentía era obvio para cualquiera que mirase sus oscuras pupilas. En ese momento, con un enorme salto mágico, Melkor llegó hasta la reja abierta, y corrió tras la Gema.

- No... no puede ser... ha regresado –murmuró, y Jubei y Tobías se abalanzaron sobre él. El agotado demonio intentó alzar su látigo, pero el doble ataque fue demasiado para su malherido cuerpo. La katana del oriental se clavó sobre su pecho, atravesando su cuerpo, a la vez que Tobías clavaba su pie derecho en la mejilla del demonio. Entonces Greg golpeó con su escudo en un costado de la criatura, derribándola, pero antes de que cayera al suelo, Jojosh clavó con fuerza su machete en el hombro izquierdo del rojizo ser, que cayó sin un solo grito al suelo. Ante el asombro de sus atacantes, el demonio rió. Pero no había alegría en ella, sino locura.

- Pobres infelices, pobres... él ha vuelto, pero no os salvará, esta vez no. Nuestro Señor es más fuerte que él ahora, o pronto lo será. Todo estará preparado pronto –el demonio tosió sangre-, ahora mismo un ejército Kreegan marcha sobre la faz de este infecto planeta... pronto volverá a ser nuestro, aunque él haya vuelto... pero lo mejor de todo, es que vosotros mismos os destruiréis... -los ojos del demonio se pusieron blancos, y casi con un largo susurro dijo sus últimas palabras-, hay una serpiente entre vosotros, uno de nuestros aliados... no sé qué hace aquí, pero sé que todos moriréis... gracias al traidor...

El demonio murió, y el coliseo quedó en silencio. Los trogloditas no sabían qué hacer... su amo había muerto, y ahora no tenían a quien seguir.

Swann, Adso y Aridane se pusieron a atender a los heridos en el combate, con la tensión palpable en el ambiente.

- ¿Qué crees que nos harán ahora? –susurró con miedo Tom, tras acercarse a su maestro.

- Calla, y pásame esas vendas –replicó Swann, concentrado en su tarea, aunque atento a cualquier acción de los trogloditas.

Silencio... sólo roto por los espadazos de una naga encerrada en un círculo pétreo. La arena estaba llena de cuerpos muertos, de varias criaturas llevadas al lugar para luchar por su vida.

Algo mejor, Derec y Athos se levantaron, y usaron sus dagas para buscar la vis que hubiese en los cuerpos. LordCiego ya se encontraba mejor, y pudo caminar por su pie, ayudando en lo que podía al resto. Tobías, Jojosh, Greg y Jubei, aún con las últimas palabras del demonio en la cabeza, se observaron, y observaron al resto.

- Una serpiente... entre nosotros –masculló Greg-. ¡Debe ser una mentira!

Los trogloditas empezaron a moverse inquietos. Athos y Derec ya tenían en su poder un par de colmillos del behemoth y el sangriento corazón del cerbero. Mkvenner ya se encontraba mejor, y se levantó, mirando a las alturas, hacia el extraño público. Tobías, que había recibido un latigazo del demonio, fue atendido por Adso entonces.

Y entonces, estalló la tormenta.

Los trogloditas gritaron con sus silbantes voces, y alzaron sus lanzas en un grito de guerra. La Tribu de las Lanzas Rotas no quería perder su poder e influencia.

- ¡Moveos, rápido! –LordCiego, como buen comandante, supo enseguida qué pasaba, y con un ademán señaló la reja por donde la Gema y Melkor habían desaparecido-. ¡Salgamos de aquí!

Todos corrieron hacia la salida, mientras los trogloditas saltaban a la arena. Sólo uno de ellos se interpuso en su camino a tiempo, pero Tobías lo despachó con una patada rápida. La lanza que dejó caer fue recogida por LordCiego.

Llegando a la reja, se metieron en un túnel oscuro, ligeramente iluminado por aquellos extraños hongos blancos. Ascendiendo ligeramente, la cueva los llevó por un zigzagueante camino. A sus espaldas oían con claridad las pisadas y silbidos trogloditas.

- ¡Luz! ¡Salimos al exterior! –gritó jubiloso Tom al ver como un rojizo destello brillaba al fondo del túnel. Pero se equivocaba... lo que brillaba no era el sol.

- ¡Quietos! –gritó Mkvenner, que lideraba al grupo. Deteniéndose, todos vieron que estaban sobre una sima. Varios metros por debajo de ellos, un río de lento magma provocaba aquel rojizo brillo en la cueva.

- Está demasiado lejos para saltar –masculló Tobías, mirando la distancia entre donde estaban ellos y el otro lado: unos seis metros. Afortunadamente, había una manera de cruzar.

- ¡Por ahí! –gritó una voz, y todos vieron a Melkor al otro lado de la sima. El mago elfo señalaba un estrecho puente pétreo –si es que se le podía llamar así- que cruzaba el río de lava. De menos de medio metro de anchura, y bastante erosionado, el brazo de piedra unía ambos lados del barranco.

- ¡He perdido de vista la Gema, pero debe haber seguido por aquí! ¡No hay otro camino! –gritó Melkor, pero su voz quedó distorsionada por los cada vez más cercanos silbidos trogloditas.

- ¡¿Por qué me pasan estas cosas?! –sollozó asustado Tom, mirando alternativamente la lava y el camino por el que ascendían los trogloditas-. ¡Sólo faltan los malditos lobos! -como respuesta, un aullido resonó en la caverna, aunque nadie puedo distinguir de donde provenía. Tom se encogió, asustado por unas criaturas lupinas que acechaban en su mente.
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ADICTO20

Mientras corrían a través del oscuro pasadizo Jubei hizo una confesión a sus compañeros:

-Tengo que confesaros una cosa: Yo ya sabía que un traidor se encontraba entre nosotros desde antes de conoceros incluso-

Jubei observó con atención el rostro de sus compañeros de fatigas, intentando percibir que sus palabras no sembraban dudas o malos pensamientos en ellos.

-Las palabras de mi maestro fueron: "Busca al ser oscuro, busca la piedra negra... sigue su mismo camino y protégelos con tu vida. Al final del sendero, cuando dos poderes de la antigüedad se enfrenten, derrota al Traidor demostrando clemencia"-

Estuvo unos segundos en silencio y luego continuó:

-El ser oscuro y la piedra negra estoy casi seguro que son Derec y su misteriosa gema; los poderes de la antigüedad está claro que uno de ellos debe ser un poderoso demonio, pero del otro ni idea, y del traidor menos todavía... tengo mis sospechas, pero prefiero no sembrar la desconfianza; con el tiempo se revelará-

Dicho esto siguió corriendo junto a los demás hasta que MkVenner los hizo parar. Habían llegado hasta un río de lava con solo un anémico puente de piedra para cruzar. Melkor se encontraba al otro lado...

-¡He perdido de vista la Gema, pero debe haber seguido por aquí! ¡No hay otro camino!- Exclamó el hechicero.

Jubei no sabía porque pero cruzar ese puente no le hacía ninguna gracia, y no solo porque debajo se encontrase todo un río de incandescente lava... Esperaba que la desconfianza no le jugase malas pasadas.

-Soy un guerrero de cuerpo y mente... estoy preparado para estas cosas- Pensó, como intentando concentrarse, o tal vez convencerse a sí mismo.

Miró la lava durante unos segundos, y sin más dijo:

-Cruzad por el punte ya. Los que no puedan defenderse cuerpo a cuerpo que crucen primero y de uno en uno;  yo cruzaré el último-

Jubei con su fiel espada en sus manos se colocó lentamente en guardia delante de la salida del pasadizo. Pobre de aquel que asomase sus narices.
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rasdel

Athos notó interesantes las palabras del Demonio. Acaso este ser maldito estaba diciendo la verdad o quería sembrar una última semilla de desconfianza en el variado grupo... despues de todo... la mayoría no se conocían mucho y sería fácil que la desconfianza tomara control de la situación. De cualquier forma, no le dió más importancia de la que merecía en ese momento y corrió junto a sus compañeros hacia la puerta de la celda...

Luego de correr por el oscuro camino las palabras de Tom rompieron el silencio, parecía que estaban llegando a la salida y estarían en el exterior una vez más. Pero enseguida las palabras de MkVenner confirmaron la verdad. Deteniéndose, todos vieron que estaban sobre una sima. Varios metros por debajo de ellos, un río de lento magma provocaba aquel rojizo brillo en la cueva.

- ¡Por ahí! – gritó una voz, y todos vieron a Melkor al otro lado de la sima. El mago elfo señalaba un estrecho puente pétreo –si es que se le podía llamar así- que cruzaba el río de lava. De menos de medio metro de anchura, y bastante erosionado, el brazo de piedra unía ambos lados del barranco.

Athos se detuvo a pensar y le llegó a la mente un aire de desconfianza hacia el oscuro elfo. Estaba en una posición muy conveniente mientras el resto del grupo aún no había cruzado... acaso no había sido él que sin escuchar las palabras del druida los guió hasta aquí en vez de ir al círculo druídico como se había planeado en un comienzo??... Acaso Melkor tenía otro planes de los cuales sus compañeros desconocían, Athos no estaba seguro, pero no pretendía quitarle los ojos de ensima, aunque por otro lado, sería que su instinto de supervivencia le estaba poniendo contra Melkor sólo por el hecho de que él habia venido a buscarlo?? Todo iba a ser respondido con tiempo, pero Athos estaba preparado para cualquier cosa, o al menos eso pensaba...

Sin pensarlo dos veces Athos dió un paso al frente.

-Yo iré primero, alguién debe probar ese pasaje y soy el más apto, en caso de que caiga mi golpe de viento podrá empujarme hasta el otro lado... dijo en voz alta para que todos escucharan mientras caminaba hacia el delgado puente...

Lleno de confianza en si mismo Athos empezó el camino hacia el otro lado, pero no sin antes mirar a su amigo Derec quién pareció haber entendido la intención de su amigo...
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Galahad78

- ¡Quietos! –gritó Mkvenner, que lideraba al grupo. Deteniéndose, todos vieron que estaban sobre una sima. Varios metros por debajo de ellos, un río de lento magma provocaba aquel rojizo brillo en la cueva.

- ¡Por ahí! –gritó una voz, y todos vieron a Melkor al otro lado de la sima. El mago elfo señalaba un estrecho puente pétreo –si es que se le podía llamar así- que cruzaba el río de lava. De menos de medio metro de anchura, y bastante erosionado, el brazo de piedra unía ambos lados del barranco.  Habían terminado en aquel cuello de botella después de que los trogloditas se pusieran farrucos ante la muerte de su líder el Demonio. Este había tenido unas palabras de despedida que Mkvenner no había terminado de entender del todo. Pero ya habría tiempo de reflexionar sobre ellas cuando salieran de allí. Si es que salían.

Gracias a que las órdenes de LordCiego, bastante recuperado por lo que parecía, los habían puesto en marcha enseguida llevaban una cómoda ventaja sobre los trogloditas, pero esto no duraría mucho tiempo. Era preciso que todos cruzaran cuanto antes. No había mucho donde elegir. Muerte a manos de los trogloditas o muerte en los fogosos brazos de la lava. Al menos, si caía no sufriría mucho. Sonrió.

-Cruzad por el punte ya. Los que no puedan defenderse cuerpo a cuerpo que crucen primero y de uno en uno; yo cruzaré el último
- dijo Jubei. Mkvenner no pensaba contradecirle.

-Yo iré primero, alguién debe probar ese pasaje y soy el más apto, en caso de que caiga mi golpe de viento podrá empujarme hasta el otro lado...
- dijo Athos, echando a caminar sobre el puente.

- Yo iré después - dijo Mkvenner - cuando esté al otro lado exploraré rápidamente nuestra vía de escape y si no hay problemas volveré al lado de Melkor para cubrir a los que crucen el puente con mi arco.

Aunque sentía todo el cuerpo dolorido y el hombro izquierdo bastante entumecido, por suerte el Behemoth no le había lastimado ninguna pierna.  "Rápido Athos" masculló Mkvenner "la Gema se aleja cada vez más...". No les iba a gustar nada de nada...se dijo mientras esperaba su turno para cruzar el puente...
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