Aullidos en la Niebla - Narración

Iniciado por Greeny, Diciembre 10, 2005, 06:58:43 PM

ADICTO20

-Tendríamos que haber plantado cara a los trogloditas...- Pensó Jubei, mientras se culpaba a si mismo por no haber sabido ver el peligro.

Ahora tenían que enfrentarse a peligrosas bestias para divertir a un demonio... y para luchar por sus vidas, por supuesto. Sin pensárselo dos veces, Jubei decidió que era hora de usar su espada mágica. Desenvainó una de sus espadas corrientes (no por ello menos letales) y después la mágica que colgaba de su espalda. Al instante dijo a sus compañeros:

-El basilisco es mío. Los demás son todos vuestros, y que nadie se enfrente a la criatura de muchos brazos cuerpo a cuerpo, lógicamente-

Dicho esto, Jubei salió disparado como una flecha para enfrentarse al basilisco, pero cuando estaba más o menos a 10 metros de él, apuntando con su espada mágica hacia la gorgona que se encontraba un poco más a la derecha, un cegador destello rojizo salió del filo, estallando en pleno hocico del monstruo. Si conseguía eliminar al basilisco rápidamente tal vez pudiera acabar con la gorgona después, mientras seguía incapacitada.

Sin perder un segundo Jubei se enfrentó al basilisco, disponiéndose a propinarle dos certeros tajos, deseando no necesitar muchos más para acabar con él.

El "espectáculo" había empezado...
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rasdel

El lugar era impresionante, Athos se quedó sin habla mientras presenciaba el comportamiento barbárico de las criaturas sentadas en las gradas, quienes gritaban, escupían y en ocasiones se peleaban entre ellos. De repente el sonido de rejas tapo por un momento los fuertes gritos. De la oscuridad salieron 4 bestias que parecían tener una sed de sangre enorme...

A la derecha de los compañeros apareció una oscura Gorgona-Toro, de cuyas cuencas nasales un blanco vaho emergía con enojado ritmo.

Algo más a la izquierda de la negra criatura, emergiendo rápidamente de la reja abierta, apareció un ser verde de varios pares de patas.

- Un basilisco –murmuró Jubei. En su tierra estas criaturas eran muy comunes, y ya se había enfrentado a ellas... instintivamente se llevó la mano a la cinta de su cabeza. Al ver el comportamiento del extraño personaje Athos se dió cuenta de que parecía saber lo que hacía y eso lo tranquilizo un poco.

A la izquierda del grupo se oyó un temible grito; un grito muy agudo... el de un wyvern de castaña y resbaladiza piel. La criatura tenía cercenadas las alas, pero ello no disminuía el peligro del terrible ser.

-Bueno, al menos no podrá volar-pensó el druida tratando de convencerse de que al menos había esperanza...

Y frente al grupo, una cuarta criatura apareció. Un extraño perro de tres cabezas, casi tan alto como una persona, mostró sus hileras de sucios dientes en actitud de amenaza.

-¡Eh, mirad allí!-gritó entonces Greg.

Tras las palabras del joven guerrero Athos miró hacia la dirección señalada para ver a Lord Ciego, paladin del Templo del Sol, atado a un poste al otro lado de la arena. Sin su armadura, sus ropas estaban desgarradas, mostrando rastros de sangre. A su lado una nueva reja se abrió, y un malvado ser, poco visto en Erathia, salió de ella para dirigirse hacia el indefenso paladín. El demonio sonrió por la situación que había creado.

-¡Una naga!-reconoció Swann. Con estas palabras Athos no pudo más que tragar con fuerza y tratar de calmarse.

La situación estaba muy complicada y no había tiempo que perder. Analizando rápidamente la situación Athos se dió cuenta que debía actuar rápido, la Naga se estaba acercando rápidamente a el caído paladin quien estaba completamente indefenso...

-Demonios!... Rápido debemos ayudar a Lord Ciego!!! Intentaré retrazar a esa asquerosa bestia!!!... CREO TERRAM!!!- gritó el joven hechicero con fuerza, apuntando con su vara a la Naga a quien se acercaba cada vez más a su compañero...

Con su otra mano y de reojo trataba de estar atento al movimiento del resto de las bestias para cubrir a sus compañeros, sin trabajo en equipo todos iban a morir...
--Efectos secundarios pueden incluir: sequedad de boca, náusea, vomitos, retención de agua, dolorosa picasón rectal, alucinación, demencia, psicosis, coma, muerte y mal aliento. La magia no es para cualquiera, consulte a su doctor antes de uso--

Lepastur

La situación pintaba mal, aquellas criaturas eran muy poderosas, ya fuera por su descomunal tamaño dentro de su especie, como en el caso del cerbero, o por su especial peligrosidad. Jojosh se dio cuenta rápidamente de que no estaba rodeado por unos compañeros cualquiera, a excepción de los magos que ya había visto en acción, así que concluyó en que no había mucho tiempo que perder. En vista del panorama, mucha gente del grupo, como él, eran de escasa utilidad contra aquellas criaturas, excepto una: el Cerbero, que pese a su tamaño no dejaba de ser un sabueso infernal y por lo tanto vulnerable, así que quizá podrían encargarse todos ellos de él si colaboraban, así que recurrió a quien con más contacto había tenido hasta el momento con la intención de que le ayudase a entretener a la Bestia:

- ¡Escuchad! - dijo al resto de compañeros casuales tratando de llamarles la atención tras comprobar que 2 de sus compañeros ya se preparaban para encarar a 2 de las criaturas más peligrosas - habrá que colaborar y sincronizarse bien. Los que manejen con destreza un arco deberían encargarse de la Gorgona y de la Drakonta (Wyvern) en orden de importancia y destreza- dijo alzando una feroz mirada a la elfa y a aquella especie de montaraz -. El resto que no se encuentren seguros de cómo poder ayudar que se acerquen aquí y que me asistan.

En su propuesta, Jojosh trató de que su voz portase cierta magia con un tono suave pero reverberante a la vez. Al acabar de decirlo todo miraba especialmente a Adso y a los aprendices, a quienes insistió:

- Eh, navaj.. Adso... Quizá yo pueda con esa bestia con la ayuda de un antiguo sortilegio, pero debo estar cubierto para poder concentrarme y tener a la bestia entretenida cuando esté cerca, pues no soy mago, así que el hechizo no será muy eficaz a larga distancia. Quizá necesites ayuda... - dijo Jojosh mirando de nuevo a aquellos a quienes consideraba poco útiles contra el resto de criaturas.

Mientras esperaba a que todo se dispusiera en posición, se echó la capucha e hincó una rodilla en tierra oculto bajo su capa. Parecía estar preparando una poción...
http://www.rae.es / :worthy: para Krator ¡por ser un campeón! / www.TorredeMarfil.es / Presidente de la plataforma de los Archimagos y Liches flanqueadores de títulos de web.

Krator

Creo mensajero que puedo realizar algo mejor que eso. Dijo a quien le hablaba.

Entonces Adso también elevó la voz, en un grito feroz hasta acabar diciendo: - Escuchadme, poco puedo hacer en una lucha contra estas infernales criaturas, pero soy muy veloz.

Cubridme e intentaré llegar hasta aquel rehen, con mi daga puedo desatarlo y traerlo hasta el centro de nosotros. - Volvió a rugir Adso.

Pongo mi vida en vuestras manooooosssss - Adso salió a toda prisa hacia aquella persona en el poste con una energía que ni el mismo sabía que tenía.
Doble cruzado, cuadruple placer.

Galahad78

Una trampa. Los trogloditas los habían metido de lleno en la boca del lobo. "Del demonio, mejor dicho" pensó Mkvenner socarronamente. Las criaturas verdes que llenaban el circo de piedra aullaban desenfrenadas, en anticipo del espectáculo. En el centro, sentado en un trono de piedra, se erigía el que era sin duda el cabecilla, el demonio que había atraído el pensamiento de Mkvenner segundos antes. Descolgándose el arco del hombro, el explorador se aprestó a disparar: "Unos cien metros, viento nulo, es un disparo difícil pero haría lo que fuera por borrar esa pretenciosa sonrisa de su horrible faz".  Antes de que pudiera disparar, como burlándose de él, el demonio hizo un leve gesto y acto seguido se escuchó el sonido de cadenas y del metal rascando la piedra: varias rejas se estaban abriendo. La algarabía subió de intensidad al punto, como si las repugnantes criaturas pudieran ya oler la sangre. Lo que salió de las rejas captó por completo la atención del montaraz, borrando (de momento) al demonio de su mente. A la derecha de donde se encontraban, una enorme Gorgona-Toro azabache surgió de las tinieblas, lanzando vapor desde sus ollares.

- Un basilisco - oyó Mkvenner que decía Jubei. Volvió la vista a la izquierda para ver a una extraña criatura verde con varios pares de patas, semejante a una lagartija crecida. Un agudo grito anunció la entrada en escena de un Wyvern, que aunque le faltaban las alas, suponía un imponente adversario. Al frente, apareció un extraño perro de 3 cabezas. Así que era esto lo que había preparado el demonio como bienvenida. Tendrían que acabar rápido con ellas para poder ocuparse del cabecilla. Pero lo que surgió a continuación dejó de piedra a Mkvenner.

- ¡Eh, mirad allí! -había gritado Greg. LordCiego, el paladín, estaba atado a un poste en el lado opuesto de la arena. Sin su armadura, sus ropas estaban desgarradas, mostrando rastros de sangre. A su lado una nueva reja se abrió, y un malvado ser, poco visto en Erathia, salió de ella para dirigirse hacia el indefenso paladín. Una naga, según Swann. Mitad mujer, mitad serpiente, dotaba de 4 brazos y 4 espadas, se antojaba el rival más temible. Esto se ponía interesante.

-El basilisco es mío. Los demás son todos vuestros, y que nadie se enfrente a la criatura de muchos brazos cuerpo a cuerpo, lógicamente -
Jubei era de nuevo el primero en reaccionar, desenvainando sus espadas y lanzándose a por el lagarto gigante. En el camino, un destello rojizo surgió de su espada dirigida a la Gorgona.

-Demonios!... Rápido debemos ayudar a Lord Ciego!!! Intentaré retrasar a esa asquerosa bestia!!!... CREO TERRAM!!!
- gritó Athos. Percibiendo que su viejo compañero tenía ya un plan para proteger a LordCiego, Mkvenner volvió su atención hacia la Gorgona; por ahora, sus compañeros tendrían que ocuparse de los demás.

- ¡Escuchad! - dijo uno de los "recién llegados" con Athos - habrá que colaborar y sincronizarse bien. Los que manejen con destreza un arco deberían encargarse de la Gorgona y de la Drakonta (Wyvern) en orden de importancia y destreza. El resto que no se encuentren seguros de cómo poder ayudar que se acerquen aquí y que me asistan. - concluyó lanzando una feroz mirada a la elfa y a Mkvenner.

"¿Y este tío quien se cree que es?"
, pensó Mkvenner devolviendole la mirada lleno de curiosidad, pero desechó el pensamiento acto seguido. Había cosas más importantes en ese momento.

- ¡La Gorgona para mi! - gritó - ¡Derec, lanza "Flecha Certera de Artemisa" sobre mi saeta! ¡Rápido!

Si la Gorgona resistía de alguna manera la flecha, tendría que acercarse a ella para rematarla con sus espadas...
[i:ec942aef72]Si pones tinto en un vaso de txikito, es el txikito; si lo pones en un porrón, es el porrón; si lo pones en una bota, te pones las botas...Sé tinto, amigo[/i:ec942aef72]

Medea

Estos mensajeros,demasiado tiempo con nobles,se creenq tienen derecho a organizar ala gente cuando no tiene idea del mundo real,penso Aridane mientras miro a Mkvenner,dos arqueros y segun el mensajero no sabiamos como actuar.
-Explorador,Mkvenner ya q sois mas  sociable y mas rapido q yo conel arco ,¿q tal si  trabajamos en equipo?-lo miro y le pico el ojo- como druida  apegada al lado animal ese cerbero es mio, lo considerare mi reto personal.-por fin habia algo de accion en la q ella controlatria su situacion personal.
Se acerco al cerbero el la miro desafiante y cada centimetro q se acercaba mas le mostraba los colmillo, ella se cuadro mientras se ponia de cuclillas sin apartar su mirada de el,mas enfurecida estaba la fiera mas instinto animal de  defensa le entraba,entonces empezo a convertirse,la transformacion fue menos dolorosa q la anterios,quizaspq era controlada.
Tras breves minutos su ropas se desgarraron y paso a ser deuna elfa, aun loba blanca,la ira la domino y empezo a enseñar dientes mientras su lomo se crespaba,esta vez solo la movio el impulso de la defensa y supervivencia,sin dejar de lado el odio hacia el.
la situacion se volvio insostenible y Aridane avanzaba despacio hacia ese cerbero nacido del infierno,ese sito q le ra tan familiar, los segundos volaban y cada vez  presa y cazador estaban mas cerca . . . ..
¿Me seguiras queriendopor la mañana?
Por siempre jamas,amor

TheLordAlex

A Derec nunca le gusto ser el centro de atencion de nada, y parecia que ahora su vida y la de sus compañeros estaba en peligro solo por el simple hecho de que un grupo de infernales criaturas se querian divertir con ellos, esto lo enfurecia.

Sabia que no debia hecerle caso a ese Bibliotecario, y seguir mi camino-Penso, viendose resiganado a luchar, se preparo para ello.

Veo que se estan repartiendo la diversion-comento en tono ironico mientras Jubei se prestaba para luchar contra el Basilisco, lo mismo como Athos y otros compañeros que aun no conocia hacian lo mismo

Es momento de usar "La Flecha Certera de Artemis" para ello necesitare una de tus flechas MkVenner, elije tu animal favorito-Dicho esto Derec empeso a concentrarce, pero las criaturas  se acercaban peligrosamente

¡La Gorgona para mi! - gritó MkVenner- ¡Derec, lanza "Flecha Certera de Artemisa" sobre mi saeta! ¡Rápido!

El Explorador saco una de sus flechas mientras le apuntaba a la gorgona Derec lanzo su Hechizo PEEERDOOOOOO ANIMAAAAALLLL-Entono con fuerza
\"En la sabiduria esta el poder\"

Swann

Swann contempló alelado el coliseo espectral al que habían sido conducidos. Aunque odiaba los espectácuos circenses, hubiera preferido encontrarse entre el público en vez de constituir él mismo parte del espectáculo. Eso le provocó una terrible sensación de humillación. Su primer instinto fue disparar una flecha al entrecejo rojizo del demonio imbécil que parecía dirigir el espectáculo. Su risa babosa y necia le provocó una repuganancia infinita. Pero ya estaba cogiendo el arco cuando unos gemidos y el ruido de una reja a sus espaldas le obligaron a mirar hacia el lugar por el que una terrible naga entraba en la arena y en donde LordCiego gemía, maniatado a un poste con claros signos de haber sido torturado, pero aun vivo.
Inmediatamente oyó al bardo con el que había venido conversando por el camino subterráneo rugiendo como un poseso:
¡Cubridme e intentaré llegar hasta aquel rehén, con mi daga puedo desatarlo y traerlo hasta el centro de nosotros!  ¡Pongo mi vida en vuestras manooooosssss...!

Swann hizo una seña a Greg y a Tom, que tal vez ni lo podía ver, a pesar de tener los ojos absolutamente abiertos, y salió corriendo tras Adso. No sabía muy bien cómo iban a poder enfrentarse a semejante monstruo, pero la vida de LordCiego corría un serio peligro. Y si nadie le ayudaba, seguramente también la del joven y valiente bardo. Mientras corría pensó que la prioridad era cortar las cuerdas que ataban al pobre paladín al poste: desenvainó la espada corta. También fue preparando en su mente un Creo Corpus destinado a LordCiego: tal vez curado y sin cuerdas pudiera correr él mismo o quién sabe si defenderse.
Mientras corría comprendió que simultáneamente a aquel alocado intento de liberación de Lord Ciego, muchos otros terribles acontecimientos se desarrollaban a sus espaldas. Oía voces y rugidos. Pero no podía perder el tiempo considerándolos.
Ni siquiera se atrevió a mirar si Greg corría detrás de él.
La estúpida cara de maldad de aquel repulsuivo ser demoníaco que se divertía de una forma tan subnormal tenía que ser deshollada, machacada, triturada y convertida en cenizas invisibles antes de que Swann pudiese dormir tranquilo.

ValenciaBest

a melkor se le escapo un gruñido cuando entro en la arena

- vaya asi q ¿ahora toca cazar? escupio a su izquierda mientras fijo su vista en el wyvern

- jejeje, tus dias de d gloria ya llegaron a su fin lisiado, jejeje veremos de que eres capaz. CREO ANIMAL!!! gritó, aportando toda su confianza en ello y usando como foco una telaraña que habia en una pared cercana, que más tarde si no se destruia guardaria en su mochila para reutilizarla en momentos de apuro. imaginó que la infernal red ya se iba desplegando desde sus manos hasta tratar de atrapar al animal mientras conjuraba el hechizo.
Hungry of HoMM!!
.-.-.-. O G A M E.gr .-.-.-.
AGA uni 1 <-> tu alianza d progreso

Vitirr

Tobías no podía creer lo que veían sus ojos. Era un coliseo, y todo parecía apuntar que su papel en la función era la de cristianos ofrecidos a los leones. Un enorme demonio presidía la sala y les ofrecía miradas que destilaban pura maldad.

Tobías se permitió un segundo para mirar a su alrededor. Recordó el lejano coliseo al que se podía viajar desde Harmondale en coche de caballos los domingos. Nunca lo había llegado a visitar pero no se contaban cosas muy agradables de aquel lugar. Desde luego estaba seguro de que este se trataba de otro coliseo pero sólo podía pensar que lo que les esperaba no era sino peor que los aquellos rumores y comentarios que había escuchado. Efectivamente las bestias que surgieron le daban la razón.

En muy poco tiempo los aventureros pasaron a la acción. Tobías pensó en dirigirse al cerbero pero dos de los aventureros recién llegados se le adelantaron. Sería absurdo atacar en grupo a esa criatura, puesto que sus tres cabezas daría cuenta de los tres a la vez. Todos los flancos parecían cubiertos, cada mago apuntaba a una criatura y los guerreros encaraban a otras. Tobías pensó en asistir a Jubei en su lucha contra el basilisco. Se hallaba en una posición central, desde la que podía ayudar a ambos flancos frente a la gorgona o al cerbero a la vez que no se alejaba demasiado de los magos, a los que podría ser necesario asistir si alguno de sus hechizos no tenían el efecto deseado.

Tobías conocía sin embargo la cualidad de esos seres reptilianos por lo que sería mejor dejar llegar primero a Jubei, (inmune a sus efectos), y atacar posteriormente a la criatura por la espalda. Para conseguirlo antes de correr hacia la criatura se dispuso a lanzar un hechizo que potenciara sus habilidades.

- Muto Corpus - pronunció en voz alta -.

Greeny

En menos de un segundo, todo empezó. Con gran rapidez, todos y cada uno de los compañeros se dividieron y se encararon a las criaturas, unos, y corrieron para salvar a LordCiego, otros.

El paladín estaba bastante malherido, como comprobaba Adso según se acercaba al poste donde estaba atado. Tras él, con una sandalia que insistía en derribarlo, corría el sabio Swann.

- ¡Capitán! –gritó Greg, corriendo tras los dos aventureros-. ¡Vamos Tom, no te quedes pasmado! –al oír el gruñido del paladín, el ayudante corrió tras ellos, con una cara anormalmente pálida.

Adso ya casi estaba a la altura del prisionero, pero el sonido de algo arrastrándose le llamó la atención: el sonido de una serpiente enorme, el sonido de la naga de cuatro brazos.

- ¡Rápido, debemos desatarlo! –dijo con premura el bardo, sacando su daga para cortar sus ataduras. A su lado, Swann lo ayudaba como podía, mientras Greg los cubría con su cuerpo y su espada y escudo frente a la atacante. Tom llegó jadeante, y al ver a la amenazante naga, casi se desmayó.

- ¿Qué... hacéis aquí? –jadeó LordCiego, como si le doliese incluso hablar.

- No sé si podré con ella –dijo Greg, y todos notaron cierto timbre de miedo en su voz.

- ¡Creo Terram! –sonó entonces en el coliseo, y el demonio sonrió. Le encantaban los trucos de magia de los "vulgares". Para asombro de Greg, alrededor de la naga surgió un círculo de brillante piedra de cuatro metros de altura. La criatura, encerrada, gritó de rabia en su viperina lengua, pero sus espadas fueron incapaces de romper la gruesa roca.

Greg se giró hacia Athos, el lanzador del efectivo hechizo, y con un leve cabeceó le agradeció la ayuda, para girarse enseguida hacia su Capitán, al que desataron y tumbaron bajo las instrucciones de Swann.

- ¡Creo Corpus! –murmuró con suavidad el sabio, y una suave luz iluminó sus palmas abiertas sobre el pecho del paladín. Varias heridas de LordCiego se cerraron con suavidad, aunque aún estaba herido. Recuperando algo más la conciencia, el hombre intentó levantarse, pero no se encontraba en buen estado aún.

- Capitán, no se levante, descanse por favor –casi suplicó Greg-. Yo lo protegeré –concluyó con firmeza.

- ¡Ah! ¡Mirad eso! –gritó asustado Tom, señalando a la elfa del grupo. Ante sus asustados ojos, Aridane empezó a convertirse en una feroz loba de largos colmillos. Sin dudarlo, la elfa, con su nueva forma lupina, saltó hacia el cerbero para hacerle frente. Tras ellos, Jojosh, agachado y solo, preparaba lo que parecía una poción, con una media sonrisa en su cara.

Gruñendo, cerbero y loba se enseñaron los colmillos, y ambos saltaron contra su rival. El cerbero, de mayor tamaño, derribó a la loba al suelo, y bajó sus tres cabezas perrunas contra el cuello lupino de Aridane.

- Geeeenn kaaa, geeeeen kaaa, gen –entonó místicamente Jojosh, y de repente, el cerbero emitió un ladrido de dolor, retrocediendo de encima de la loba. Uno de sus ojos –el de la cabeza derecha-, sangraba profusamente.

Enseguida Aridane saltó contra su rival, y logró morderle en un cuello, pero el cerbero retrocedió y de un tirón apartó a la loba. Ahora Aridane estaba frente al cerbero, y Jojosh había quedado a su espalda.

Al otro lado de la arena, Melkor se había acercado lenta pero con firmeza al wyvern, que lo observaba con sus rojizos ojos malvados. El mago reía abiertamente, como si ello no entrañara peligro. En realidad, Melkor, "El Cazador", se había enfrentado a muchas cosas en su vida.

El elfo, aún sonriendo, se agachó, agarrando una pequeña telaraña del suelo.

- Qué oportuno –dijo, mirando al wyvern que se acercaba a él-. Esto me da una idea, lisiado... ¡Creo Animal!

Lanzando la pequeña telaraña, ésta se extendió y agrandó, golpeando y derribando a la criatura. En el suelo, el wyvern se debatía torpemente para escapar de la telaraña, tan dura como el acero. Sin sus alas, la criatura no parecía ser muy capaz de hacer fuerza para huir.

Sonriendo, Melkor oyó como alguien entonaba un hechizo a su espalda, y de reojo vio como era aquel oscuro nigromante el que lo pronunciaba –"Perdo Animal" había dicho-, al mismo tiempo que el explorador lanzaba una flecha, con su arco, contra aquella gorgona. Al mismo tiempo, Jubei, que corría ágilmente hacia el basilisco, apuntó con una de sus katanas –levemente más grande que el resto de sus espadas- hacia la gorgona. Un destello rojizo surgió de la punta del arma, y explotó frente a sus ojos. El animal pareció quedar cegado a mitad de carrera, y sus patas se tambalearon.

Entonces la flecha, disparada por una ágil mano, y brillando tenuemente por el hechizo de Derec, se clavó en el morro de la gorgona. El proyectil se derritió enseguida, y la gorgona, con un extraño sonido de dolor, cayó pesadamente al suelo, en plena carrera. Su cuerpo muerto quedó a escasos centímetros de Mkvenner.

- Tss, fallé –masculló con una sonrisa el explorador, que había apuntando a uno de sus ojos.

Mientras todo ello ocurría, Jubei seguía corriendo velozmente hacia el basilisco, bajándose la cinta a los ojos de nuevo. El reptil fijo su mirada en el oriental, pero su hechizo petrificando no surtió efecto. Sonriendo, el "ciego" guerrero saltó hábilmente, con una voltereta, sobrepasando al basilisco y cayendo detrás de él. Sin darle tiempo a reaccionar, el animal recibió un espadazo de Jubei en su larga espalda verde. La segunda y menor katana del hombre hirió un segundo después una de las patas traseras de la criatura, justo antes de que Jubei saltase atrás y evitase el mordisco del reptil.

Jubei se puso a la defensiva entonces. El basilisco estaba herido, pero aún seguía siendo peligroso. Entonces volvió a sonreír, percibiendo como Tobías, que había crecido en estatura y fuerza con aquel útil hechizo, se acercaba, imponente, y sigiloso, al reptil. El sangrante basilisco volvió a intentar morder a Jubei, y el extranjero lo esquivó con un paso atrás en el último momento. Entonces dos fuertes manos lo agarraron de las patas traseras; Tobías, con su fuerza incrementada por la magia, lanzó al reptil por los aires, contra el cercano muro del coliseo. El basilisco chocó duramente, y su cuerpo cayó, muerto antes de tocar el suelo. Una de sus patas vibraba, con los últimos signos de vida.

El demonio, viendo el espectáculo, gruñó enojado, apretando con fuerza su látigo, mientras los asistentes al coliseo silbaban su aprobación ante las victorias de los recién llegados.

Entonces, sin previo aviso, la rojiza criatura abrió sus alas –ocultas tras su espalda hasta ahora-, y saltó de su tronó, sobrevolando la arena en círculos, mientras buscaba un objetivo para su látigo de tres colas. Con una malvada sonrisa, eligió a uno de ellos, y se preparó para descender sobre él.
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Lepastur

Hmmm, el sortilegio no ha funcionado todo lo bien que esperaba - pensó Jojosh - pero al menos ahora la criatura tiene un ángulo muerto.

Entonces algo repentino llamó su atención, aquel monstruo que parecía presidir los juegos circenses alzó el vuelo, y eso no le gustó nada, así que abandonó sus planes de repetir su acción pues el demonio podía cogerlo desprevenido mientras se concentraba, debía prepararse para lo peor, ya que el amo podía acudir en ayuda de su can. De esta manera decidió que si tenía que morir que fuera peleando y con las botas puestas, así que de momento desenvainó su gran machete. Su intención era acercarse con todo el sigilo posible al Cerbero por su ángulo muerto, siempre y cuando el diablo (al que no quitaba ojo) se lo permitiera, y asestarle un buen tajo en lo que consideraba un punto débil de la bestia: los tobillos...
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El paladín había sido liberado de sus ataduras, el basilisco había caído, la gorgona también, el wyvern y la naga ya no representaban una amenaza, todo había salido bien... bueno, casi todo. La única mujer del grupo se había transformado en loba para enfrentarse a un perro gigante de tres cabezas... y el extraño individuo que no paraba de dar ordenes había fallado con lo que fuera que estaba preparando.

La victoria era cuestión de pocos segundos, y el demonio que presidía el espectáculo parecía enfadado, muy enfadado. Saltó de su trono y comenzó a sobrevolar la arena con perversas intenciones. Jubei se percató de esto al instante y le dijo a Tobías que estaba a su lado -¡Ven conmigo, rápido!-

Sin mirar hacia atrás para ver si el hermano Tobías le seguía, se colocó a poca distancia debajo del demonio volador que parecía estar deteniéndose, y levantando su espada mágica hacia él, volvió a usar de nuevo su habilidad cegadora. El filo brilló una vez más y un destello rojizo salió de él. Después se colocó a la espalda del demonio.

Sin perderlo de vista para intentar percibir si su hechizo había tenido efecto, Jubei dijo en voz alta -¡Tobías ¿crees que podrás lanzarme hasta el demonio?!- Ni siquiera sabía si el hermano Tobías le había seguido.

La maniobra era muy arriesgada, pero confiaba en que los magos lo cubrieran de alguna forma mientras él atravesaba el cráneo del malvado ser con sus espadas, o lo intentaba...

Si por alguna razón Tobías no podía ayudar a Jubei, este iría a acabar con la vida del wyvern.
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Sólo quedaban el Cerbero, el Wyvern y la Naga. El enorme can, ahora con un ojo menos tenía un punto muerto y estaba siendo rodeado por sus compañeros. El Wyvern luchaba contra la red que había creado Melkor pero no podía soltarse. Entonces Athos miró hacia el círculo de piedra que había creado, sabía que era hora de terminar lo comenzado, de esta forma comenzó a dirijirse a él.

Mientras se dirijía hacía la Naga, pensó en realizar un poderoso hechizo "La Piedra de las mil esquirlas" y tirarla dentro del círculo para eliminar a la bestia. Tenía todo planeado... no podía fallar... pero de repente el demonio rojizo que hasta el momento no era más que un espectador... se levantó de su trono para desplegar lo que parecían dos enormes alas. Con una mueca de despreció en su rostro la enorme criatura emprendió vuelo hacía la arena, donde comenzó a dar vueltas.

-Justo cuando pensé que esto era demasiado fácil-una pequeña sonrisa se formo en la cara de Athos quien ya consideraba estas situaciónes cosa de todos los días.

Sin detenerse, pero tampoco perdiendo de vista al demonio, Athos siguió su camino. No pudo evitar recordar a las grandes aves de el Bosque Largo... las cuales seguían el mismo comportamiento antes de atacar a una presa... era obvio que el tranquilo espectador iba a presentar problemas.

Rápidamente Athos no tardó en activar una vez más el poder de su vara... y enseguida la "Fortaleza del Oso" endureció huesos, músculos y piel del joven hechicero. El druida sabía que la criatura podía atacar en cualquier momento y por niguna razón pretendía facilitarle la tarea a la bestia. A pesar de seguir moviendose hacia su objetivo no perdía de vista al demonio y en caso de que este atacara utilizaría "La Cólera de los Vientos" para darle un buen golpe... y con suerte derribarlo...
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TheLordAlex

La Gorgona cayo abatida por la flecha hechizada de Mkvenner, aquel hechizo era muy poderoso capaz de eliminar a culakier criatura de un solo tiro, pero exigia mucho de quien lo ejecutara Espero no tener que volver a usar ese hechizo-penso, con la gorgona fuera de combate, el animal que presentaba mayor amenaza en ese momento, la victoria era cuestion de tiempo, Derec se dirigia a ayudar a la loba que al parecer estaba perdiendo la batalla con el Cerbero pero una una nueva amenaza surgio del "publico", el demonio que en vista de que sus criaturas habian sido abatidas se levanto y se dirigio hacia ellos, de forma muy amenzante, Derec no dejaba de pensar en ke este demonio podia saber de la existencia de la gema que el poseia, si esto es cierto, Derec sería su principal objetivo

Ven por mi estoy preparado-Dijo mientras se preparaba para atacar, se puso en una posicion defenciva protegiendose con su vara si se venia hacia el o hacia Mavenner que era el que tenia mas cerca, tenia preparado 2 ataques de aire, con ambas manos
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