Aullidos en la Niebla - Narración

Iniciado por Greeny, Diciembre 10, 2005, 06:58:43 PM

ADICTO20

-Estamos todos vivos, casi parece imposible- Decía Jubei mientras observaba a todo el grupo compuesto por aventureros y campesinos. También comprobó con gran alivio que las tres personas que había conseguido sacar a la superficie se encontraban en buen estado.

Después, Jubei se sentó en el suelo casi dejándose caer, a la vez que suspiraba de alivio y reía levemente, señal de satisfacción y orgullo ante el trabajo bien hecho.


Pasado un tiempo Swann explicó a los allí presentes todo lo que les aconteció en la ciudad subterránea, así como las heridas de Athos en la espalda. El bibliotecario terminó diciendo:

-En resumen: no sabemos hasta qué punto podrá afectar a ese inmenso ejército Kreegan la destrucción de su general, T´Zil. Es posible que vuelvan al infierno del que salieron, pero también puede ser que no abandonen sus objetivos. Si es así, está claro que debemos avisar cuanto antes a Erathia, a los druidas y, en fin, cada uno de nosotros a aquellos que nos han enviado aquí –

-Tienes razón Swann. Yo por lo menos tengo que volver a mi tierra para llevar cabo los rituales de ascensión- Contestó Jubei mientras el bibliotecario seguía con su discurso.

-De todos modos, es evidente que entre nosotros hay quienes no parecen tener interés en acabar con los Kreegan. No seré yo quien se lo censure... Es una amenaza militar y militares deben ser las medidas que se tomen para contrarrestarla. Seguramente Lord Ciego tendrá mucho que opinar sobre el tema. Por otro lado, pienso que los Kreegan aun son terriblemente poderosos y que incluso un seguidor de Baa debería trabajar con ahínco por reequilibrar la situación-

-Seguro que mi maestro ya es conocedor de todo esto y está entrenando a sus mejores guerreros para enviarlos en secreto allí donde sean necesarios. Son pocos, pero son una verdadera elite. Yo supongo que volveré cuando ya no necesite la vista nunca más. En cuanto a Tobías... es tan libre de hacer lo que le plazca como cualquiera de nosotros- Dijo Jubei mientras se quitaba las sandalias para acomodar sus castigados pies.

-Hablando de hacer lo que nos plazca... no se vosotros pero yo voy a echarme una siestecita aquí mismo, que ha sido un día movidito. Ya iré mañana al puerto-

Jubei se apoyó en una roca y cerró los ojos, mientras se podía ver en su rostro una placentera sonrisa ante la llegada del merecido descanso.
[highlight=#FFFFAA]They say an end can be a start. Feels like I\'ve been buried yet I\'m still alive.[/highlight] - If I Ever Feel Better (Phoenix)

Vitirr

Tobías estaba completamente agotado y se comprobaba en su rostro. Habían sido días de mucho esfuerzo y gran tensión, y para él su vía crucis no había hecho más que comenzar. Tomó una decisión muy importante al desobedecer sus órdenes, lo cual suponía en su culto una falta capital dada la importancia de su misión. Ahora debería dar cuentas de ello.

En cuanto subió a la superficie trató de limpiarse la tierra como pudo. Le dolía mucho el hombro derecho donde tenía una herida sangrante. Sin embargo no hizo ningún gesto de dolor especialmente visible ni pidió ayuda a los compañeros que conocían las artes de la curación.

Se dirigió a los aventureros que acababan de salir con él del subterráneo y les saludó con la cabeza:

- Buen trabajo-, les dijo.

Mientras tanto varios compañeros tomaron la palabra. Todos hablaban de la necesidad de informar de lo sucedido y del peligro que se cernía sobre Antagarich. Varios hicieron alusiones a Tobías, en general de confianza y respeto. Sin embargo Tobías no se sentía cómodo en esa situación. Notaba cierta desconfianza y frialdad, aunque quizás fuera sólo que esperaba esa reacción de sus compañeros y era él quien desconfiaba de sus palabras.

- Yo tengo que marchar a dar cuenta de mis actos. He hecho lo que creía correcto desobedeciendo órdenes y no espero clemencia, pero debo afrontar las consecuencias de mis acciones, -reflexionó en voz alta Tobías-. Quizás vuelva a veros más adelante. Quizás volvamos a luchar juntos. Os deseo suerte.

Sí, quizás volviera a verlos, si es que seguía con vida. El monje comenzó a andar separándose del grupo, en la que él creía era la dirección hacia Janak. Puede que se equivocara pero acabaría encontrando la ciudad, o lo que quedara de ella. Daba igual, sea cual fuera su destino encontraría a un miembro del culto que le estaría esperando.

Tobías pensó en lo que había hecho y lo que le esperaba. Había conseguido eliminar al líder Kreegan en contra de sus órdenes, y aún así una guerra cruenta y cruel se iba a desplegar sobre el continente. Nunca estuvo más seguro en su vida que cuando se enfrentó a T'Zil incumpliendo su misión, pero ahora volvía a estar inseguro de qué era lo que se debía hacer. ¿Luchar contra los Kreegan o mantenerse al margen de la guerra dejando que los reyes y templos perdieran su poder a costa de un gran dolor?.
Daba igual, puesto que ahora su destino estaba en manos del Alto Sacerdote y no esperaba el perdón.

Aunque quizás había cumplido los objetivos del culto mucho mejor de lo que él mismo pensaba.

ValenciaBest

Melkor observó como Athos conseguía salir con vida de la cueva, y no pudo dejar de sorprenderse cuando observó a Aridane la joven elfa prestandole de toda su atencón y cuidados.

- ¡caramba!, q curioso la elfa se ha enamorado del druida - se le escapó a Melkor arqueando las cejas en un gesto pintoresco.

momentos después notó como los ojos de Athos se clavaban en él, como queriendo continuar la conversación donde se había quedado tiempo atrás.

- Athos, me alegro de que estés bien. Ciertamente ha sido una experiencia interesante esta pequeña aventura, ahora va siendo hora de aclarar ante los magos de la orden tu situación, te recuerdo que estás en busca y captura por ellos. el tiempo que hemos pasado juntos me hace pensar buenos augurios para dicho proceso, ya que vi de tu nobleza y tu temperamento.

- Pero, - Y Alzando suavemente el tono de la voz para que Athos prestará más atención y no se despistará - No soy YO quien te juzga, solo soy un emisario de dicha orden a cuyos ojos aun sigues pareciendo un asesino.

La voz de Melkor volvió a un tono más sosegado, que no dejó de ser serio, alto y limpio. - Limpiar tu nombre y tu prestigio en toda esta zona te será de ayuda para poder emprender nuevas misiones, ya que no solo a los ojos de la orden eres y serás un asesino, sino que ellos inducirán a todos los seres vivos capaces de pensamientos abstractos a pensar en que eres un asesino, todos se preguntarán ¿pq no fue a defenderse? sembrando la desconfianza por alli donde fueres. En todos los pueblos por donde pases habrá miradas maliciosas, necesitarás descansar con un ojo abierto, ya que siempre tendrás cazadores acechandote. -

- ¿esa es la vida que quieres llevar en el futuro? - Alzó de nuevo la voz Melkor fijando su mirada en Athos.

Tras una breve pausa para dejar asimilar bien el mensaje a Athos. y utilizando ese tono de voz tan característico en él (serio, alto y limpio) dijó:

- ¿Acaso no prefieres que por alli por donde pases la gente no te mire con rabia y miedo por las acusaciones que pesan sobre ti? -

- ¿tan dificil crees que es tu defensa, que tratas de eludirla? -

- ¿prefieres morir algun día y que todos excepto tus conocidos más cercanos piensen, vaya  por fin murió el asesino? -

- Te mereces algo mejor, ¡¡¡que el mundo recuerde tus proezas!!!

- nunca se sabe cuando se puede necesitar de una mano amiga, y pocos se acercaran a alguien sobre quien recae una acusación de asesinato y no trata de hacer algo para aclarar la situación.

- Ciertamente, compañero, creo que ahora es el momento adecuado para salvar tu orgullo, ¡tu dignidad! - volvio a elevar su voz al entonar estas palabras y se acerco hacia Athos.

- ¡partamos rumbo a la torre de la orden y acabemos con esta situación! - terminó diciendo Melkor apoyando su mano izquierda en el hombro derecho de Athos y señalando con el brazo derecho la dirección en la que se encuentra la torre. Melkor se quedó mirando a los ojos a Athos como  si alli no existiera nadie más, era una mirada inquisitiva, penetrante, sus ojos refulgian expresando la pasión de sus palabras. tratando de desvelar los pensamientos de Athos. Su sonrisa cerrada pero amistosa y sincera, expresaba que ya había dicho todo lo que tenía que decir y que ahora era el momento de escuchar y de tomar rumbo a la torre. sin cambiar su semblamente dió el primer paso....
Hungry of HoMM!!
.-.-.-. O G A M E.gr .-.-.-.
AGA uni 1 <-> tu alianza d progreso

rasdel

Athos ya se sentía mejor, mientras estaba bajo los cuidados de su amigo Swann y su compañera Aridane, el joven druida escucho a el misterioso elfo, quien luego de un largo discurso le indico la dirección a la Torre para que finalmente Athos fuera juzgado por el supuesto asesinato del cual fue culpado...

-"Melkor... compañero... se que he sido acusado. Pero debes entender que yo ya no le debo nada a tus amos... yo soy un Druida... un hermano del Círculo Druidico e hijo de Gaia. Si tus señores quieren que me presente lo haré... pero no por limpiar mi nombre... porque no hay nada que limpiar. Yo se que soy inocente y lo mismo saben mis hermanos, aquellos que me han apoyado cuando otros sólo me han desprestigiado. Como verás, los mismos campesinos nos culpaban a los druidas por los ataques y no teníamos nada que ver, sino que sólo intentabamos ayudar. Siempre existirá alguien que intenta desprestiguarte o que no te comprenda... siempre... pero uno no debe hacer caso, como Druida pretendo llevar una vida de paz y armonía en los bosques de Erathia, estoy conforme sabiendo que quienes me aman me conocen y saben de que soy o no responsable. Si la Orden de Magos quiere desprestigiarme no necesita que no me presente a su juicio... inclusive con presentarme pueden inventar otra excusa para hacerlo. A eso se dedican... a desprestigiar a gente como a Derec y a mi, quienes han decidido tomar otro camino. Por ende, no hay nada que yo pueda hacer... hoy es presentarme ante la Orden.. mañana será otra cosa... y así seguirá... o acaso crees que no se que en la Torre se me conoce como "El Salvaje". Yo se que soy inocente, y creo... espero que no tomes esto como una ofensa sino como un consejo... que quien debería dormir con un ojo abierto eres tu, mi estimado elfo... ya que las únicas personas que se beneficiarían por la muerte de Eifol viven en esa Torre a la que llamas hogar. Nunca intenté eludir mi defensa... y esto quiero que lo entiendas... yo tengo prioridades, al igual que tu... mi mision fue clara... averiguar que ocurría con estos ataques... y eso es lo que vine a hacer... y nada ni nadie, ni siquiera tus amos podrán hacerme eludir mi verdadera misión... yo sólo obedesco a mis superiores... la Torre ya no tiene ningún poder sobre mi, y eso ya lo deberían tener claro! Si hoy o mañana muero... morire con la conciencia tranquila y eso es lo que importa... no me interesa lo que piensen de mi... sólo Gaia tiene el poder para juzgarme... y aquellos que me aman también... esas son las únicas opiniones que lograrían afectarme... lo demás no me afecta... sólo me hace más fuerte. Todos los nombres se pierden con el tiempo... y yo no pretendo vivir eternamente, lo que hago no lo hago por Gloria, sino porque es lo correcto, esas son las enseñanzas de Gaia y las que pretendo seguir hasta el día que ella venga a buscarme. Si Erathia... mi tierra, quiere recordarme... que lo haga... y que lo haga de la forma que lo desee... yo estaré reunido con Gaia y mis hermanos... volveré a ser parte de lo que una vez me dio vida y eso es lo que importa... sólo puedo ser juzgado por lo que hice... y si la gente o tus amos pretenden culparme por suposiciones o rumores... pues, que lo hagan... pero sus opiniones no serán más que eso y por ende no lograrán afectarme, sólo aquellos que sabrán la verdad podrán contar mi verdadera historia. Mi dignidad y orgullo son intocables... sólo yo tengo el poder de afectarlos... acaso crees que todos te tienen en alto estima cazador??... Acazo tus amos no te han mandado a buscar a otros... que eran hijos de alguien, que eran padres de alguien... en sus casas no eres más que un berdugo... y así serás recordado por sus familias... en cambio... tu sólo seguías ordenes, o no?...deberías tu ir a limpiar tu nombre ante ellos??, pues no, porque tu sólo hiciste lo que debías hacer... y aunque lo hagas... ellos no te creerían o si?"- dijo mientras le agradecía a Swann y Aridane por sus cuidados. Rápidamente se incorporó, se sentía como nuevo, prácticamente no recordaba el dolor en su tobillo y el ardor en su estomago era mínimo.

-"De cualquier forma iré contigo... tu tienes una mision también... y no pretendo traerte problemas... además quiero que tus amos sepan que no temo enfrentarme a ellos una vez más... ya es hora de que entiendan que "El Salvaje" es lo que es... un Druida, y no les debe nada... además mi misión aqui ya ha terminado"- dijo Athos para luego despidirse de cada uno de sus compañeros, inclusive de aquellos que sólo había conocido por algunos días y que ahora estimaba.

-"No necesitamos reportarnos ambos... tu ve al Círculo Druidico y explicales lo ocurrido... diles a donde me he dirijido, estoy seguro de que entederán... volveré pronto... o al menos eso espero"-y así Athos se despidió de su querida compañera Aridane, para luego perderse entre los árboles y arbustos de la zona...
--Efectos secundarios pueden incluir: sequedad de boca, náusea, vomitos, retención de agua, dolorosa picasón rectal, alucinación, demencia, psicosis, coma, muerte y mal aliento. La magia no es para cualquiera, consulte a su doctor antes de uso--

Greeny

Una sensación de urgencia invadió al grupo. Los Kreegan, en forma de temible ejército, habían vuelto al mundo. La noticia debía ser extendida, y los principales grupos de poder de Erathia –la Torre, el Culto de Baa, el Templo del Sol, el Círculo Druídico- debían ser avisados.

Aún así, algunos parecían no querer separase, especialmente los Héroes de la Roca. Tras estar separados mucho tiempo, su encuentro había sido breve, aunque intenso. Había tanto que contar... pero no había tiempo. De nuevo debían separarse.

Una ligera brisa movió las hojas de los árboles. Parecía un preludio, un aviso. Habría cambios en Erathia, y esos cambios serían dolorosos, y sangrientos. La calma antes de la tempestad.

Las palabras habían sido dichas, y era el momento de moverse.

Athos había aceptado partir con Melkor, y el cazador cabeceó en respuesta, agradecido. Ambos se dispusieron a partir hacia la Torre.

- Adiós Aridane –susurró Athos, con una sonrisa tranquilizadora en sus labios.

- Volveremos a vernos, hermano druida –Aridane se obligó a sonreír, y entonces miró al este, hacia donde estaba el Círculo Druídico-. Adiós, amigos.

La mujer comenzó a caminar tranquilamente, y su cuerpo fue convirtiéndose en lobo lentamente. Finalmente, con un aullido, se perdió en el bosque.

- Mkvenner, Swann, LordCiego... adiós, saluden a Adela de mi parte... y al resto, espero que les vaya bien–dijo Athos, mirando finalmente a Derec-. Ha sido un placer volver a verte, amigo.

- ¡Espera! –dijo Derec, dando un paso adelante-. No irás solo a la Torre. Iré contigo, y te defenderé ante el Consejo.

- No Derec, amigo mío, te lo agradezco de corazón, pero eso empeoraría las cosas –Athos miro a su alrededor, y suspiró-. Noto temblar a Gaia... esto no ha acabado, se avecina una cruenta guerra. Y te necesitarán... si yo no regreso. Adiós.

Con estas palabras, Athos y Melkor desaparecieron, rumbo al sur, rumbo a la Torre.

Mientras Jojosh ya había organizado a los campesinos. Que la noticia de la llegada de los Kreegan volase era fundamental según el emisario.

- Compañero bardo –dijo entonces Jojosh, mirando a Adso-. Nos conocimos casualmente en una posada, y hemos vivido una intensa aventura juntos. Una aventura que cambiará el destino de Erathia. Creo que podríamos formar una buena pareja de aventureros –Jojosh señaló al sureste-. Si las indicaciones del explorador no son equivocadas, en esa dirección se encuentra la ciudad de Janak –Tobías alzó la vista al oír el nombre de la urbe-. Es un buen lugar para empezar a avisar a Erathia... ¿qué me dices?

Adso miró a Swann, como si pensara en ir con él. El sabio podría enseñarle tanto... pero no, el Templo del Sol no era un lugar para él. No quería vivir encerrado... él era un hombre libre, un hombre de mundo.

- Vamos, emisario –comenzó a andar, sacando su arpa-. ¡Adiós a todos! ¡Ha sido un placer batallar junto al lado de unos grandes héroes!

La pareja desapareció, y unas notas de arpa se elevaron en el bosque. Tobías, el Hermano de Baa, miró en esa dirección. Janak... el Culto de Baa.

- Yo tengo que marchar a dar cuenta de mis actos. He hecho lo que creía correcto desobedeciendo órdenes y no espero clemencia, pero debo afrontar las consecuencias de mis acciones -reflexionó en voz alta Tobías-. Quizás vuelva a veros más adelante. Quizás volvamos a luchar juntos. Os deseo suerte.

Marchando en la misma dirección que Jojosh y Adso, el monje marchó hacia su destino. Pero no iría con ellos dos, pues quería estar solo, y pensar...

- Amigo oriental... ¿cuál es tu camino? –preguntó entonces Greg, mirando a Jubei, que estaba sentado en el suelo, descansando su espalda en una roca, y con los ojos cerrados. Sin abrirlos, el guerrero contestó con suavidad.

- Partiré pronto... a mi tierra –dijo Jubei-. Mis hermanos guerreros serán avisados, pues éste no es un problema sólo de Erathia. Ha sido un placer conoceros... -el hombre no dijo nada más, y pareció sumirse en un tranquilo sueño. La tranquilidad del deber cumplido.

- Es hora de volver al Templo del Sol –dijo Swann, y miró a Mkvenner, que se había ofrecido a guiarlos. Greg, Tom y LordCiego se prepararon para la partida-. ¿Derec?

El nigromante miró a Swann, y supo leerle la mente. El sabio le estaba ofreciendo la oportunidad de volver al Templo del Sol... y ver a Adela.

- –susurró Derec, y pareció que sus palabras estaban bañadas con la sangre de su corazón-, iré con vosotros.

Los campesinos se había ido marchando, y ahora sólo el pequeño grupo quedaba en le claro del bosque. Jubei roncaba suavemente.

- Por aquí –susurró Mkvenner, y dejó pasar a la comitiva por delante de él. El explorador se quedó atrás un momento, y miró el hueco por el que había salido. Un aparte de él había muerto allí dentro, pero ahora se sentía libre.

"Adiós mis pequeñas. Algún día, cuando todo acabe, podré descansar. Y volveremos a estar juntos"

Mkvenner se giró. Y suspiró.

Al fin, era libre.

FIN
RAW INSIDE: PUNK-ROCK desde Málaga

http://www.myspace.com/rawinside