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Cuentos De Los Caídos - Prólogo

Iniciado por Elric, Junio 11, 2017, 03:36:51 AM

Elric

Pues bueno. Ya en su momento al presentarme lo dije, que quería compartir algún ranteo sobre temas aleatorios correspondientes al lore de alguno de los juegos... sobretodo de ubi. Y bueno, ya iba siendo hora de escribir y publicar algo, y ya que hoy tengo un rato libre de los estudios, pues mira... a ello. Pues básicamente sería sobre Heroes IV (porque a mi parecer es el que mejor campaña tiene y por ello el que más me ha inspirado), dando por canon el mapa fanon que se puede encontrar en la wiki. Pues bueno, a ello.

[align=center]Light the hearth! Grab some mead! And let me tell ya a story...
Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.

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[align=center]Cuentos de los Caídos[/align]


La bebida comenzaba a subírsele a la cabeza, Therozall tenía el corazón contento, con el cuerpo cansado de la batalla y el estómago lleno de cerveza el joven se sentía eufórico, habían recuperado oro robado de manos de unos piratas y ahora todos en la ciudad festejaban la victoria de Waerjak. Therozall estaba feliz, enchido de orgullo, había matado a tres miembros de la tripulación él mismo, y ahora al caer la noche los festejos con sus hermanos de batalla le hacen sentirse como en casa. Esa noche toda Kilmar se regocijaba en la victoria de los tropas del caudillo bárbaro, y donde más se notaba era en la taberna de la "Dama Erathiana", la más exitosa de la ciudad y lugar de encuentro de todo aquel que esté de paso por la región. El joven estaba con sus camaradas sentado en una mesa, al igual que muchos otros, en el local abarrotado, prácticamente todas las mesas estaban ocupadas... menos una.

En una esquina, relativamente alejado de la muchedumbre, un hombre ya algo entrado en años, con canas en la barba y los rasgos faciales marcados por el paso de los años, envuelto en una capa, con una espada larga a la espalda y un parche que tapaba prácticamente la mitad izquierda de su rostro, tomaba cerveza solo, con un cráneo canino colocado en su mesa. Therozall lo conocía, recordaba haberle visto guerreando de vez en cuando, tanto como aliado como enemigo, y las veces que había visitado la posada lo había visto, en esa misma mesa, siempre solo salvo por esa extraña calavera, brindando a la nada y recitando palabras en voz demasiado baja para ser audible. Los dueños de la taberna le habían reservado esa mesa de forma permanente, incluso cuando no estaba en la ciudad servían una jarra en su honor y procuraban que nadie se sentara en su mesa a ser posible. En otras circunstancias ni se hubiera planteado el acercarse a ese tipo tan extraño, no fuera a maldecirlo o tuviese relación con la brujería, hacia la cuál como todo buen bárbaro sentía aversión, pero hoy, henchido de orgullo y envalentonado por el alcohol decidió preguntarle.

Se levantó de la barra, cogió su jarra y sin mediar palabra esquivó a borrachos, dejándose llevar por la música de los bardos, procurando no trastabillar ni chocar con nadie, cogió una silla vacía de una mesa cercana, y, arrastrándola por el suelo, la colocó frente a la del viejo. Este miró ligeramente confundido a Therozall, pero instantes después dejó de mirarle, recitó para si mismo otra vez esas palabras en voz baja, alzó su cerveza y tomó un sorbo. El joven berserker sintió ofendido por la apatía de su "interlocutor" y su falta de reacción ante su presencia en la mesa que siempre había considerado "privada".

-Dime viejo ¿Qué te traes con esa calavera de perro? Acaso es un ritual arcano.-Dijo de forma socarrona. El hombre le miró a los ojos y rió, esbozando una sonrisa contestó.

-Me temo que no tiene nada de arcano o mágico en esta calavera.

-¿Y qué es lo que murmuras? ¿No es un hechizo o un sortilegio?

-Jajaja, no, meramente brindo.

-¿Por qué?

-Por los caídos.-Tomó otro sorbo, y mientras la bebida el bajaba por la garganta colocó su mano derecha sobre el cráneo.-Y no es un cráneo de perro... es de gnoll.

Esa palabra no significaba mucho para el joven, apenas era un niño cuando ocurrió el juicio y jamás tuvo contacto con esas razas que murieron con el viejo mundo, ni siquiera le sonaba el término pero poco más. En su cara se podía apreciar que el guerrero no conocía al pueblo del que hablaba, así que sin más tardar este se explicó.

-Bueno, los gnolls eran una raza de Enroth, apenas sobrevivieron al cataclismo, al igual que casi todos lo habitantes de Tatalia... Eran como un cruce de hombres y hiena, poderosos mercenarios conocidos por formar las huestes de los señores de los pantanos. Este cráneo perteneció a uno de ellos, a Drakon, un gran general.

-¿Y por qué tienes su cráneo? Es decir, ¿No estuvimos en guerra los bárbaros con los señores del pantano? Siendo tú un bárbaro me parece extraño que escondas tu trofeo en batalla y brindes en su honor en privado.-El viejo sonrió, lo cierto es que le parecía divertida la curiosidad del joven, hacía años que nadie se interesaba lo más mínimo en su persona

-Bueno, lo cierto es que es una historia larga y complicada.

-Tengo tiempo.

-Jé, bueno, pues antes dime cómo te llamas. Yo soy Hulbert.

-Therozall.

-Encantado... bueno, ¿realmente quieres saber por qué guardo el cráneo de Drakon?

-Si, no tengo nada mejor que hacer esta noche, ya he festejado suficiente.

Hulbert tomó un largo trago de cerveza y golpeó su mesa con la jarra vacía.

-Pues bien... ¡Aviva el hogar! ¡Coge un poco de hidromiel! Y déjame contarte una historia ...

Sir_Lord_Juas

¿¿Y por qué tiene el craneo??

Continúa con la historia por favor!  :beer:
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Ruzer

La verdad es que es una lástima que no continuara con esta historia, parece muy interesante y es amena de leer. Espero que algún día Elric vuelva y tome las riendas de tal aventura de nuevo.